En el
día de hoy todo son buenos deseos para el año que viene. Quizá si mantuviéramos
esa actitud a lo largo de todo el año, nuestra manera de mirar la realidad del
mundo cambiaría, y algo todavía mejor, cambiaríamos la manera de vivir y
comprometernos. Mi deseo es que el niño Dios, que es el Príncipe de la Paz, nos
haga a todos vivir en Paz, no sólo el año que viene, sino el resto de nuestras
vidas. Paz interior que falta muchas veces, motivada por demasiadas
preocupaciones que nos imponemos y también por nuestros errores en nuestros
comportamientos. Paz exterior que falta en todo el mundo, pero de manera
especial en este continente africano, donde cada día surgen conflictos y
violencias. Los niños miran con ilusión y expectación las cosas del día a día,
incluso las más simples y corrientes. Recuperemos esa ilusión, aunque nuestra
vida no sea todo lo “limpia” que nos hubiera gustado. Disfrutemos de lo que
merece la pena y de quienes merecen la pena. Hay mucha gente que nos quiere,
aprendamos a reconocerlos y apreciarlos
a lo largo de nuestra vida. Que el año que entra nos traiga a cada uno la buena
noticia de sentirnos inmensamente amados. Que hagamos entre todos un feliz año
dos mil catorce para la humanidad.
martes, 31 de diciembre de 2013
martes, 24 de diciembre de 2013
La ternura de Dios
En este día de Noche
Buena, donde Dios hecho niño se nos ofrece con toda su ternura, no puedo dejar
de contar algo que me toca en lo más profundo desde hace tiempo. Es cierto que
en ocasiones, cuando uno ve la dureza de la vida, uno se pregunta ¿dónde está
Dios? Pero la respuesta la encuentro rápidamente. Cada vez que voy a uno de
nuestros pueblos, o salgo a pasear por las calles del que habito. La gente que
me saluda y sonríe, los niños llenos de tierra y suciedad que te cogen, te
abrazan, te llaman por tu nombre. En esos momentos siento como Dios me está
llamando por mi nombre con todo su cariño. Pero lo que me muestra la
desbordante ternura de Dios es cuando en cada pueblo se acerca a nosotros la
gente discapacitada, sobre todos los que tienen alguna discapacidad psíquica.
Su sonrisa, su limpieza de corazón, esos abrazos que hacen a uno conmoverse,
aunque también te hagan echar la ropa a lo sucio por como acaba, esos son
momentos que no cambiaría por nada. Es pura ternura y afecto la que me dan
todas esas personas, no hablan, no me entienden, pero siento como me quieren,
me siento verdaderamente conmovido por ese misterio que a uno le descoloca, no
es otro que el del Amor sincero. Gracias Dios por ser tierno conmigo, por
haberte mostrado pobre en el pesebre y seguir mostrando tu ternura en los más
pobres y desfavorecidos. Os deseo feliz Navidad y que cada uno seamos Ternura y
Amor para los que nos rodean.
viernes, 13 de diciembre de 2013
¿Tus pechos están dulces?
Esta
es la forma de decir ¿qué tal estás? por estas tierras. El martes pasado traje
hasta el centro de niños desnutridos de las hermanas de Fo-Bouré a dos niñas
gemelas. Su madre no tenía leche en los pechos y por suerte para estas niñas,
las monjas ayudarán a esa madre para intentar sacarlas adelante. Pero la vida
aquí siempre ha dependido de los pechos dulces de la madre. Si la madre no
tiene leche, o está enferma y la leche no es de buena calidad, los niños se
mueren. Pues no hay otra forma, asequible para ellos, de sacarlos adelante. En
el centro de las monjas se siguen muriendo demasiados niños, muchos llegan
demasiado tarde para que se pueda hacer nada. Pero también es cierto que se
salva la vida de muchos otros y se educa a las madres para que sepan
alimentarlos en el futuro y detectar las carencias nutritivas. El lenguaje
viene determinado por la cultura y esta a su vez por la vida. Por eso es
importante que nuestros pechos estén dulces, eso querrá decir que disfrutamos
de buena salud y nos encontramos bien. Pero lo que es más importante, que
sabremos dar vida a quien nos necesite. Esperemos que ante la venida del Niño
Dios todos sepamos acogerle con ese dulzor tan necesario para nuestras vidas.
jueves, 28 de noviembre de 2013
Arrastrarse
Jano contagiado por la alegría de Marian |
Hay
gente que desde su nacimiento, como es el caso de Marian, se ve obligada a
arrastrarse por el suelo. Pero es una cuestión meramente física. Sin embargo
conozco demasiada gente que anda arrastrándose en la vida sin saberlo.
Arrastrándose para conseguir más dinero, arrastrándose para conseguir más
notoriedad, arrastrándose para conseguir más… El peso de todas esas “necesidades”
creadas por ellos mismos les hace vivir oprimidos y son incapaces de levantar
la cabeza. En el Evangelio vemos como Jesús endereza a la gente, les hace
recuperar su dignidad. Quizá nos falta mirar más arriba y contemplar la belleza
del “cielo”. En el caso de Marian, a pesar de su discapacidad física y de ser
sordo muda, hace tiempo que mira hacia arriba, que es capaz de sonreír a la
vida, que es feliz, hace tiempo que se sabe querida por Dios y vive con toda
dignidad. Da gusto verla venir a las catequesis y a la misa, arrastrándose por
el suelo, apoyando sus manos en unas sandalias para poder avanzar, pero con una
sonrisa cautivadora, que anima a cualquiera. La verdad es que mirar hacia
abajo, donde se encuentra ella, es como mirar a lo más alto, pues es un
auténtico encuentro con el Amor de Dios. Por suerte, y como siempre gracias a
la ayuda de buenos amigos, hemos podido comprarle una silla de ruedas con manivela
(que cuesta como una moto) para que pueda moverse más libremente por el pueblo.
lunes, 11 de noviembre de 2013
Rosine, una buena maestra
Rosine |
El miércoles pasado me
toco celebrar el entierro de Rosine, justo el mes que cumplía veintiún años. El
cáncer, gracias a Dios, se la ha llevado sin alargar mucho su agonía. Hace
tiempo que no me pregunto el porqué de la enfermedad y de la muerte, pues he
aceptado que nuestra condición humana es limitada. La gran pregunta es cómo puede
este mundo seguir siendo tan desigual. Hoy en día hay medios suficientes para
que todo el mundo pueda acceder a unos mínimos higiénicos-sanitarios. Se me ha
hecho muy duro ver a una joven moribunda escupiendo sangre en una esterilla en
el suelo. Se me ha hecho muy duro sólo poder darle paracetamol para los
inmensos dolores que debía estar sufriendo.
Pero debo decir que
también ha sido un regalo el contacto con ella. Verla serena, sin quejarse, lo
más que decía es que le costaba respirar o dormir. Pero no la oí una queja
contra el dolor, no escuché ninguna protesta contra Dios de sus labios. Rosine
se bautizó en el año 2009 y ha muerto como ha vivido, enganchada a la Vida que
es Cristo. Deseando que la llevásemos la eucaristía, habiendo recibido la
unción de enfermos después de haberse confesado de manera profunda. Realmente
emocionaba ver como rezaba con dificultad, porque le costaba hasta respirar, pero sabiendo que de la oración y la
eucaristía es de donde sacaba las fuerzas.
De Rosine he recibido
una lección de las que es difícil olvidarse, ha sabido morir en paz porque ha
sabido vivir en paz.
lunes, 28 de octubre de 2013
Compartir es algo deliciosamente duro
Hace
un par de fines de semana me fui al pueblo de Bori junto con los responsables
del movimiento de los niños de la diócesis. Fin de semana intenso, con trabajo
y charlas que dar y escuchar. Es una alegría compartir con los otros los
proyectos comunes y las ilusiones para este curso. Sin lugar a dudas tomar un
buen sokuru (ñame pilado) con salsa es algo muy agradable, aunque lo tengas que
hacer con las manos. Eso sí, siempre que la salsa no esté muy picante. Algo más
durillo se hace el desayuno con esa papilla agría que llaman bulli, pero todo
puede pasar. Donde realmente uno descubre que empieza a hacerse mayor es cuando
toca intentar dormir toda la noche sobre
una esterilla de plástico, con algún escorpión paseando por el lugar (al que
vimos lo matamos) y con una temperatura nada fresca. ¿Dónde quedaron los años
de campamentos? Me encanta hacer intercambio de culturas, compartir con ellos
su vida, pero reconozco que tengo mis limitaciones y que ya no estoy para
ciertos jolgorios. Aunque para acabar nos deleitaron con una bebida extraída de
los palmerales. Una bebida con alcohol y algo dulce llamada bam. Por suerte
algo que siempre se puede compartir es el Amor verdadero, por eso a Jesucristo
se le entiende en cualquier cultura.
martes, 22 de octubre de 2013
La punta del iceberg
El pasado domingo, con motivo del día de las
misiones, recibí unos cuantos correos de felicitación. La verdad es que me hace
ruborizar las cosas que alguno piensa de mí y de mi labor por estos lares. Creo
sinceramente que se sobrevalora la misión que hacemos los que estamos lejos de
casa. Es cierto que hemos renunciado a los nuestros, pero también estamos
realizando una labor que llena del todo nuestra vida. No está exenta de
dificultades y momentos duros, pero ¿qué vida está exenta de eso? En
definitiva, me parece que el problema es que se minusvalora la labor que mucha
gente está realizando en su casa, sin salir lejos de ella. Una labor callada,
una labor constante, un trabajo incansable para mejorar nuestro mundo. Sin
haber mamado eso, yo hubiese sido incapaz de plantearme algún día venir hasta
este recóndito lugar. Esa labor que continua haciendo tanta gente es la que me
sostiene cada día para intentar realizar mi misión de la mejor manera posible.
Sin vuestra oración, sin vuestras ayudas materiales, pero sobre todo, sin
vuestro cariño sincero, no sería capaz de afrontar este reto. Creo sinceramente
que he tenido la suerte de sentirme a lo largo de la vida muy querido, y mi
labor principal aquí es saber querer de manera profunda a cada uno de mis
parroquianos. Yo soy sólo la punta del iceberg, sois vosotros los que estáis
amando profundamente a esta gente. Dios me ha mostrado siempre su Amor y Amor
con amor se paga.
lunes, 30 de septiembre de 2013
¿Por qué no me quieren?
Hace
un par de semanas fuimos a visitar a Bio, un crío de un año con hidrocefalia.
El caso es que su madre, tercera esposa, había muerto hacía un mes. El padre no
quiere al niño y nos lo quería dar. Fuimos con una madre que tiene un crío algo
mayor y que también tiene hidrocefalia, y otra madre que tiene un crío con
parálisis cerebral, acompañados de dos mayores de la comunidad y de las monjas.
Todos le expusimos que debía querer al niño y quedárselo. El momento crucial
fue cuando Chimen, el otro crío dijo, aquí está mi hermano pequeño, rápidamente
lo identificó como de su familia. Fue un momento muy intenso, donde recorría
por lo más profundo de nosotros una emoción especial. Chimen se hacía uno con
Bio. La madre de Chimen pasó a contar que su hombre la había dejado por no
deshacerse del crío, y que ahora que le veía hablar y caminar volvía a querer
acercarse a ella. La cuestión ha acabado con el padre diciendo que no quiere al
niño y que nos lo quiere dar, hemos puesto el asunto en manos de las
autoridades para que todo se haga conforme a la ley y sobre todo para que no
deje morir al niño. Esto que nos parece tan horrible es algo que se está
haciendo palpable en todo el mundo. En cuanto los niños no son perfectos no nos
importa deshacernos de ellos, da igual si están en el vientre de la madre, como
si están fuera. Por suerte Bio tiene la oportunidad de encontrar alguien que le
querrá y podrá seguir viviendo, aunque no sea con su familia. Pero siempre se
preguntará ¿por qué no le quiso su padre?
lunes, 16 de septiembre de 2013
Dejar elegir
Fadira
Catherine es una chica nacida en una familia musulmana. Hasta ahí nada de
extraordinario. Una chica joven que estudiaba hasta el año pasado. ¿Cuál fue el
problema? Pues que su familia no le dejó seguir estudiando porque iba a la
oración a nuestra iglesia, o dejaba de ir a la oración o no le daban dinero
para estudiar. El primer año sacó dinero vendiendo cosas y consiguió seguir
estudiando e ir a la Iglesia, a pesar de que su familia la insultaba y alguna
vez la llegaron a pegar. Pero el año pasado le prohibieron ir al instituto si
seguía yendo por nuestra comunidad. Así que la chica dejó de ir a estudiar pero
no dejó de acercarse a las celebraciones. La presión familiar ha ido en
aumento, pero gracias a Dios no la han obligado a casarse ni la han podido
forzar a no venir a nuestra casa. Así que nos ha contado su historia y nos ha
pedido que le ayudemos con su familia para poder seguir estudiando. Le hemos
propuesto hacer los estudios de ayudante de enfermería y ella está contenta y
feliz. Tendrá que ir a Parakou, a la ciudad, esto le da la ventaja de tener a
su familia algo más lejos y que la dejen seguir el camino de Jesús, que es como
lo dicen aquí, con más tranquilidad. Como este caso hay muchos, pero esto pasa
en todo el mundo. Si dejáramos que cada uno siguiese su camino y lo respetáramos,
siempre que sea acorde con los derechos humanos, el mundo iría mucho mejor.
sábado, 31 de agosto de 2013
Compartir lo bueno y lo malo
A Luis le ha calado el estilo bariba |
Después
de un tiempo de vacaciones y habiendo regresado a la misión en este mes que está
concluyendo, me dispongo a hablar de mi amigo Luis. Él ha concluido su servicio
de casi ocho años en este rincón de África. La vida está teñida de distintas
experiencias y las situaciones que vivimos son de muy distinta índole. Aquí nos
encontramos lejos de casa, en una cultura distinta, con muchas cosas por
aprender, y en ocasiones, la dificultad con el idioma y el entorno se hacen
duras. Por ello es bueno y necesario saber compartir lo que uno va viviendo y
sintiendo. Desde el primer día Luis me abrió su corazón y compartió conmigo sus
alegrías y sus penas, algo muy de agradecer pues no nos conocíamos de nada. Así
ha sido a lo largo de estos casi tres años que hemos vivido juntos. Con su carácter
de hombre de sierra ha dado lo mejor de sí mismo por esta buena gente. Hombre
seco y cerrado en ocasiones, pero alegre y guasón en muchas otras. Sobre todo
ha querido ser consecuente con lo que pensaba y sentía. Desde aquí te agradezco
este tiempo compartido y deseo que sigas llenando tu ministerio con muchos
rostros nuevos a los que anunciar la Buena Noticia. Todos deberíamos compartir
lo más profundo de lo que somos y vivimos.
miércoles, 12 de junio de 2013
Lo que cuesta escuchar
Hay comida, es para estar alegres |
Una de las cosas más
importantes que hago en mi vida es escuchar. Aquí es una de las cosas que más echo
en falta, pues al no entender bien la lengua, cuando alguien quiere contarme
algún problema, la situación puede llegar a ser muy complicada. Que gusto nos da
cuando alguien nos cuenta algo bello, alguna cosa acontecida en su vida que le
llena de felicidad y por eso la comparte. Muy diferente resulta cuando alguien viene
a compartir su dolor, sus preocupaciones, incluso sus angustias. Estamos en la
época en la que empieza a llover, todo vuelve a estar de un verde intenso, la
gente va con sus azadas al campo para poder trabajarlo y posteriormente
sembrar. Si todo va bien la cosecha podrá ser abundante y tener comida para el
año que viene. Pero este tiempo es de mucho trabajo y la comida del año pasado
escasea desde hace meses. Que duro se me hizo escuchar el otro día al
catequista más antiguo de la parroquia “no tengo nada para dar de comer a mi
familia”. Después de hablarlo con los compañeros le dimos dos sacos de maíz prestados,
ahora el maíz tiene un precio altísimo, no es como cuando lo acaban de recoger,
si puede ya nos lo devolverá. Ayer por la noche la misma situación nos ha
pasado con el catequista más joven. Estos son dos ejemplos, pero en esta tierra
hay muchas familias que ya no tienen nada para comer, o que sólo comen una vez
al día desde hace unos meses. Por suerte se me sigue haciendo duro escuchar
esto. Le pido a Dios que nos de inteligencia para poder ayudar a toda esta
gente.
jueves, 23 de mayo de 2013
Estadísticas
Hace unos días fui a
hacer la catequesis a un pueblo gando, donde la miseria se puede tocar de cerca
en muchas familias, una miseria peor que la de la media, así que imaginaros. El
caso es que me sorprendió no ver a Elisabeth en la catequesis, ella siempre es
fiel al encuentro. Esta chica fue operada de mayor para que pudiera andar, a
causa de la polio estaba impedida. La misión costeó la operación y
rehabilitación. Pregunté por su ausencia y me dijeron que había sido madre. Así
que decidí ir a saludarla. Cuando entré en la casa se me cayó el alma a los
pies al ver las condiciones de la choza, lo cierto es que la tenía limpia y
recogida, pero con grandes huecos en la paja del techo y con una de las paredes
de barro que no creo que aguante de pie en la época de lluvias. Allí estaba
ella junto a su bebe. Claramente era un bebe prematuro, pregunté si tetaba bien
y me dijeron que sí. Pero el crío estaba claro que necesitaba cuidados. Ella lo
había parido en casa, sin ninguna asistencia profesional. Les dije que había
que llevar al niño al dispensario de las hermanas para que en el centro
renutricional intentaran que ganara peso y cuidarlo. La abuela estaba en
contra, pero convencí a la comunidad para que presionaran. El niño nació el
lunes, yo le vi el viernes y fueron al centro el domingo. Después de unos días
allí el niño murió. Este niño no saldrá en ninguna estadística, no habrá salido
en el último informe del PNUD sobre desarrollo humano, en el que estamos en el
puesto 166 y en el que se declara que estamos por debajo de la media del Africa
subsahariana. Difícil que pueda salir mucha gente en esas estadísticas cuando
no cuentan para nadie y no van a ningún sitio oficial a tratarse. Por suerte, estos son los primeros que Dios, en sus
estadísticas, lleva en su cabeza y en su corazón.
viernes, 10 de mayo de 2013
Familias que saben acoger
En la celebración con Poulu (Pablo), el presidente de Yaro |
Como ya os conté en el
escrito anterior, hace poco hicimos un encuentro de jóvenes en el que
participaron doscientos cincuenta y cinco, de los cuales doscientos once eran
de fuera de la localidad que nos acogía. Se nos ocurrió decirle a la comunidad
que si les parecía bien acoger a los jóvenes en sus casas, ellos contestaron rápidamente
que sí, que lo harían encantados, es algo que está impregnado en la cultura
bariba, acoger al extranjero. Hicieron una lista para acoger a los chavales que
vinieran, mi preocupación era que faltaran casas. La realidad fue la contraria,
hubo muchas casas que se quedaron sin jóvenes para acoger, con el consiguiente
disgusto que esto les generó. Esto fue una buena experiencia por parte de
todos, los jóvenes no se limitaron a cenar, dormir y desayunar en las casas,
sino que compartieron su fe con las
distintas familias. El resultado fue más que positivo, todos estaban encantados.
Muchas veces tenemos pereza o reticencias a la hora de acoger alguien
desconocido en nuestra casa, más si son un grupo de jóvenes, mucho más si son
pobres. En eso, una vez más, esta gente nos vuelve a dar la lección de tener
sus hogares abiertos. Sólo te puedes plantear hacer esto si tienes un corazón
abierto y acogedor. Fue un gran reflejo de lo que debe ser siempre la Iglesia,
lugar de acogida con el Amor de Dios para todos. Espero que ese Amor nos toque
el corazón y sepamos hacer lo mismo.
martes, 30 de abril de 2013
El que algo quiere, algo le cuesta
Hace
quince días preparamos un encuentro de jóvenes de las dos parroquias del sector,
pusimos un precio de participación bajo para que los chavales se animarán a ir,
doscientos francos cefas, lo que viene a ser treinta céntimos de euro. Con ello
harían tres comidas. El caso es que el transporte corría por su cuenta, cada
pueblo se organizaba como podía. Unos vinieron en los camiones típicos, otros
en los taxis a rebosar, viajan sentados en el techo de los coches. Pero en dos
de nuestras comunidades los chavales ya
no tenían ni un céntimo más para transporte. Así que treinta y tres
chavales de Siki se hicieron 25 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta en bici
para poder estar en el encuentro. Lo cierto es que los chavales de esta
comunidad no me sorprendieron, pues suelen ser muy activos y están bastante
comprometidos en todo lo que se hace. Pero de repente aparecieron veintidós chavales
de la comunidad de Kosia, comunidad que está creciendo mucho, pero que no había
participado todavía en ningún encuentro de jóvenes, me alegré mucho de verles.
Después de hacer todas nuestras actividades del sábado y del domingo, al
terminar la comida, cuando tenían que partir, les pregunte a los de Kosia que
dónde estaba su taxi o camión. Ellos con gran naturalidad me dijeron que no
tenían, torpe de mi les pregunté que cómo habían venido. Era evidente, andando.
Así que hicieron 15 kilómetros andando para venir y otros tantos para volverse.
Luego yo me quejo porque para ir a celebrar, por supuesto con el coche, me
encuentro el camino cortado en tres ocasiones diferentes y me hacen dar rodeos
y pasar por sitios complicados. Sólo espero que de verdad sepamos llenar de
auténtico contenido cada encuentro para que su esfuerzo merezca la pena.
sábado, 13 de abril de 2013
Esta mujer necesitaba bautizarse
En
este tiempo de Pascua me gustaría compartir una cosa que me sucedió el domingo
de resurrección en una comunidad Gando. La pascua es tiempo de bautismos de
adultos, ya había celebrado otras dos eucaristías con sus correspondientes
bautismos en otras dos comunidades, quedaba la tercera de la mañana. Por
primera vez iba a bautizar en lengua fulfulde, cosa que estuve preparando con
interés, la cuarta lengua en la que bautizo. Cuando llegué a la iglesia, el
catequista me dice que una de las tres mujeres que debía bautizarse no podrá
hacerlo, pues ha parido esta madrugada. Así que como es normal aquí, acordamos
que no pasaba nada y que ya lo hará el año que viene. Pero resulta que nada más empezar la
celebración aparece una mujer con cara de cansancio y con otra chica que
portaba un recién nacido. Miré al catequista y él hizo el gesto afirmativo, era
ella. Lo cierto es que me emocioné. El dispensario está al lado de la iglesia,
seguro que al oír los canticos de la misa de resurrección no dudó en venir. Sé
de la fortaleza de la mujer por estas tierras, de la capacidad de sobreponerse
a cualquier sufrimiento y al parto. Pero me dejó maravillado las ganas de
bautizarse de esta chica joven. Realmente sentí que la resurrección de Jesús no
es en vano, que hay mucha gente humilde que necesita a Dios en su vida.
domingo, 31 de marzo de 2013
¿Quién tiene la última palabra?
Ayer por la noche y
hoy, hemos celebrado en la misión la pascua de resurrección. Han sido dos
jornadas intensas con alrededor de 170 nuevos adultos bautizados. Según el
diccionario de la RAE la palabra pascua tiene influencia del latín paccum que
quiere decir lugar de pastos, de cuando se viene de ayunar. De ahí que este
paso de un tiempo de carestía a un tiempo de abundancia y alegría lo hayamos
adoptado los cristianos para hablar de los momentos donde celebramos la nueva
presencia del Señor de manera intensa. La pascua judía también es signo de la
presencia liberadora del Señor al salir de la esclavitud de Israel. El caso es
que el otro día fui al pantano del pueblo a ver el huerto de las mujeres y los
problemas que tienen con los tomates, para mi sorpresa me encontré con un
montón de ovejas de esas altas que se dan por el desierto del Niger, por
ejemplo. Estaban cuidadas por pastores peul. Pregunté que si estaban de paso y me
dijeron que llevaban tres meses por aquí. Son los desplazados de la guerra
vecina de Mali, no eran suficientes los problemas de sequía que sufren
normalmente, sino que la guerra les ha convertido a todos en malos. Han venido
aquí buscando la paz y la tranquilidad, no quieren saber nada de guerras. Como
ellos, está esta tierra africana llena de desplazados y de gente sufriendo por
la violencia y la intolerancia. Muchas
veces la pregunta es si tendrá solución, la respuesta está en lo que hemos
vivido esta semana. El mal no tiene la última palabra, Dios convierte el signo
de sufrimiento que es la cruz en un símbolo de amor, y el Amor de Dios
Resucitado es quien tiene la última palabra, no la muerte y la destrucción.
Feliz Pascua.
viernes, 15 de marzo de 2013
Hermano sol
Precioso atardecer africano |
En
estos momentos en los que nuestro nuevo papa Francisco ha escogido el nombre
del santo que hizo el cántico a las criaturas, el hermano sol muestra todo su
poder en nuestra tierra. Suele coincidir con la cuaresma el tiempo de mayor
calor por estas latitudes. No creo que sea por una cuestión de penitencia, pero lo
cierto es que lo parece. Es tiempo donde la gente duerme fuera de las casas,
sacan sus esterillas y bajo la luz de la hermana luna, o las hermanas
estrellas, intentan descansar. En mi caso abro las ventanas y la puerta y por
desgracia el hermano viento no hace su aparición. Acostarse a las 11 de las
noche a 32 grados tiene su aquel, esta noche no ha disminuido la temperatura de
28,5 grados, así que la sudada está siendo interesante. De día llegamos a los
38,5 grados a la sombra. Pero de día todavía se soporta. El problema es cuando
por la noche se hace difícil descansar. La cosa no va a menos, sino a más. En cualquier
caso lo que esperamos es que ese calor se contagie a nuestros corazones y
podamos transmitirlo en la noche de la Resurrección. Por ahora sólo nos queda
dar gracias por la hermana agua y beber a todas horas para no tener problemas
con la deshidratación. Me alegraría que llegase antes el enfriamiento de las
distintas guerras que asolan este continente, que realmente está pasando un
momento complicado, recemos porque llegue la paz y vivamos como hermanos. Como dijo S. Francisco "Señor hazme instrumento de tu paz"
jueves, 28 de febrero de 2013
La envidia ¿puede ser sana?
Algunos no aguantaron el sueño |
El pasado fin de
semana estuvimos en la peregrinación mariana de la diócesis. En la misa de
clausura del domingo tuvimos como presidente al obispo de Lokosa que al final
de la celebración, después de casi cuatro calurosas horas, dijo haber sentido
envidia por el ambiente vivido durante los tres días y por la cantidad de
fieles congregados. Yo os reconozco que sentí envidia cuando, después de estar
sudando de lo lindo, vi como los dos diáconos le acercaban discretamente
durante la celebración un vaso y una botella de agua bien fría para que pudiese
beber. Ciertamente no fue un pecado capital el que cometí. Hoy renuncia el papa
de su cargo, creo que es un gran gesto. La pregunta que me hago y lo que me da
envidia de este gesto, es si yo sabré renunciar en su día a las cosas de las
que me siento tan atado y me llenan tanto. ¿Sabré darme cuenta del momento en
que ya no conecte con los jóvenes, con los niños? ¿Sabré darme cuenta de tantas
cosas que uno ya no es capaz de hacer y aun así se empeña en realizarlas? En
definitiva, creo que en la vida hay que hacer un continuo ejercicio de humildad
y saber reconocer nuestras limitaciones, sin envidiar lo que hacen los otros o
lo que tienen, pues genera en el interior un continuo desasosiego y no deja
disfrutar de lo que uno si puede hacer. Lo que os puedo asegurar es que no
envidio la capacidad de algunos obispos de marcarse una homilía de casi una
hora con un calor mayúsculo, eso sí que no es sano para nadie.
sábado, 16 de febrero de 2013
Noche de juerga
Da gusto ver una nueva vida y verla sonreír |
Algo
de lo que no os he hablado hasta ahora es de las noches que viene alguna mujer
a sacarnos de juerga. En mi caso, como mi sueño es profundo, les ha tocado
salir más a mis compañeros que a mí, pues ciertamente yo cuando ronco no suelo
enterarme de nada. La cuestión es que el pasado lunes por la noche, alrededor de
la una y media, momento en el que me encontraba solo e la misión, oigo la voz
de dos mujeres que vienen a sacarme del merecido descanso. Os recuerdo que fue
un día intenso de emociones con el anuncio de la renuncia del papa y por
supuesto con el trabajo para mí solo. Efectivamente, la ayudante de la
comadrona y otra mujer me dicen lo que ya suponía, otro parto difícil. Así que
se van a la maternidad, yo me visto, preparo el coche y me voy a la maternidad
más dormido que otra cosa. En ese momento le pedí al Señor que no me entrase
sueño en el regreso del hospital, que está a cuarenta kilómetros por pistas de
tierra. La verdad es que no estaba nervioso porque el parto se diera en el
coche. Cuando llegué allí, abrí las puertas del coche para que entrasen la
parturienta y la ayudante de comadrona, dispuesto a emprender el viaje y llegar
a tiempo para salvar a la criatura mediante una cesárea. Allí no salía nadie,
así que me acerco a la puerta y digo, que ya estoy aquí. Lo que me encuentro es
una mujer en el suelo, lleno este de sangre y dos hermosos gemelos atendidos
por la comadrona y su ayudante. Al final no hizo falta hacer el servicio. Así
que felicité a la mamá y vuelta para casa a intentar dormir otro poco antes de
que sonara el despertador a las seis y media de la mañana para comenzar una
jornada apretada. Aunque al día siguiente estuve un poco cansado, doy gracias a
Dios porque me concedió la capacidad de escuchar la llamada de auxilio y pude
responder. Cuando están los compañeros, creo que Dios les prefiere a ellos como
ambulancieros nocturnos.
jueves, 31 de enero de 2013
Manos sucias
Nestor con su mujer nos visitaron en casa |
Un
domingo llegué a una de nuestras comunidades a celebrar, allí me encontré al
presidente de los catequistas de nuestra parroquia. Iba con las manos sucias y,
como es costumbre, me ofreció la muñeca para que estrechase mi mano y no
manchármela. Era justo antes de empezar la celebración y era extraño, pues como
todos, se pone muy elegante y limpio para la misa. Sospechaba el porqué de la
situación, pero aun así le tome el pelo. “¿Cómo llevas las manos tan sucias
justo antes de la celebración?” El Evangelio de aquel día hablaba precisamente
de los que van limpios por fuera, pero por dentro dejan mucho que desear. Luego
continué “parece mentira que un hombre como tú no esté bien aseado para la
celebración”. Me miró fijo a los ojos y me dijo que tenía razón, nada más. Pero
yo sabía que había algo más y continué. “No será que te ha tocado limpiar toda
la capilla porque no estaba preparada y limpia a tiempo por quienes les tocaba
hacerlo”. Él, como con vergüenza asintió. Me descubro ante gente de este
calibre, que ejerciendo un puesto importantísimo y reconocido en la comunidad,
haciendo horas y gastando su poco dinero, siempre que hace falta, en favor de
cualquiera que le necesita; no tiene ningún problema en remangarse y hacer el
trabajo que otros han dejado de hacer por el motivo que fuera. Para evangelizar
hay que estar dispuesto a tener las manos sucias y llenas de porquería de vez
en cuando.
miércoles, 16 de enero de 2013
¡Qué grandes son los más pequeños!
El domingo pasado fuimos de visita a las
misiones de Kalale y Buka. Tengo una presencia muy especial estos días conmigo,
pues mi madre está aquí, con mi madrina y mi hermana pequeña. En Buka nos
encontramos a Jesús, el misionero que actualmente está allí, con el presidente
de la comunidad, el catequista y un chico de unos 12 años que estaba con la
camiseta totalmente ensangrentada. La historia del chaval es simple, ha
decidido asistir a la oración de los domingos junto a los católicos. Su padre y
su hermano se enfadan y le dicen que no puede ir. Es la tercera vez que le dan
una paliza, en esta ocasión le han dejado molido a palos, sin conocimiento, en
medio del campo. El chaval no ha vuelto a su casa, se ha dirigido al presidente
de la comunidad y al catequista, y estos al misionero. Intentarán solucionar
las cosas por las buenas, antes de recurrir a la policía. El chico ha dicho que
aunque le peguen el seguirá yendo a la oración, pues de verdad quiere seguir el
camino de Jesús. ¡Qué grandes son los más pequeños! Hay que tener valor y
convicción en lo que uno cree. Jesús, el misionero, le impuso la cruz de la
primera etapa. Nosotros, conmovidos, no nos queda más que rezar para que ese
chico pueda ejercer y vivir con libertad y paz lo que cree con profundidad. Una
vez más nos llevamos en la mochila una lección de valentía que sólo puede dar
Dios.
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