Esta mañana me he puesto a desempolvar cajas
en la misión. Allí he encontrado recuerdos maravillosos, como fotos antiguas,
diapositivas, textos de estudio de la lengua, las primeras traducciones de la
Palabra de Dios a baribá, etc. Los recuerdos son algo importante en la vida de
cada uno de nosotros, pues son cosas que nos han hecho ser lo que somos en la
actualidad, son nuestra historia. Ver los cambios en la misión a lo largo de
estos años es algo especial, pues el trabajo ha sido ímprobo. Sin embargo hay
cosas que deberían quedar para el recuerdo y no volver a repetirse,
enfermedades que suenan a antiguas y siguen siendo demasiado actuales. El otro
día se murió uno de nuestros catequistas de cólera, y no fue de un enfado
grande, sino esa enfermedad que te mata cuando las aguas que bebes no son
salubres. Ciertamente nos impacto tal circunstancia y nos queda claro que el
trabajo de concienciación sigue siendo necesario e importante. La formación
nunca debe ser algo para el recuerdo en nuestras vidas, sino actualidad
permanente.
jueves, 30 de octubre de 2014
sábado, 11 de octubre de 2014
El miedo
Ayer volviendo de una catequesis me
encontré con dos casas que habían sido arrasadas y quemadas, todavía estaban
las llamas dentro de ellas. La cuestión es que en el pueblo acusaban a dos
mujeres de hacer brujería y hacer morir a la gente, además de robarles con
serpientes que salen de un producto que compraron. Al ir a ver a una de estas
mujeres por la enfermedad de una persona, esta no negó que fuera la culpable de
tal enfermedad, de hecho dijo que fue ella quien había provocado la enfermedad.
La gente cansada de estas mujeres, en masa, fueron dispuestos a matarlas, gracias
a Dios las mujeres pudieron huir. Pero sus casas no se libraron de ser
incendiadas. El problema real es el miedo que tiene esta gente a lo desconocido
y lo fácil que es influenciarles con historias que para nosotros resultan increíbles, pero que ellos han mamado desde su infancia. Al final, como suele pasar, hay
que buscar al culpable de las desgracias personales y atacarle, pues así se
piensa que el problema está acabado. Por suerte la gente de nuestra comunidad,
en ese pueblo, se está movilizando para que esta escalada de violencia se pare,
e intentado hacer llegar la cordura y la razón a quienes la han perdido. El
miedo es mal compañero de camino, nos hace egoístas y perder el sentido de la
realidad, en definitiva nos deshumaniza. Seamos valientes ante los retos y
dificultades de la vida.
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