Mucha
gente pregunta si el famoso bicho ha llegado aquí y también sobre qué medidas
se están tomando para frenarlo. Lo cierto es que la información-desinformación
que tenemos a cerca de cómo esta pandemia está afectando en Benin es escasa. Es
difícil creer los datos oficiales que nos dan, sólo seis contagiados en todo el
país, todos venían de fuera, todos evolucionan favorablemente, nadie ha muerto
o va a morir. Pero a la vez han cerrado diez alcaldías del sur, se pide a la
gente que no haga muchos viajes, están enviando mensajes para protegerse y recomendando
quedarse en casa. En todos los países que nos rodean, las cifras son superiores
y todos tienen muertos por el virus. Por el momento la gente no es consciente
de la que se nos puede venir encima, es cierto que están acostumbrados a lidiar
con infinidad de enfermedades, y mucho más familiarizados a lidiar con la
muerte que cualquier ciudadano europeo. Tienen soluciones para todo, de hecho
ya les dije que el sodabi (aguardiente local) y la pimienta no protegían de
esta enfermedad, se echaron a reír, no podía ser de otra manera. No respetan lo
de no juntarse y siguen haciendo vida normal. Si guardas las distancias y les
dices que tengan cuidado, piensan que tienes miedo, nunca que seas prudente. En
esta ocasión la Iglesia se adelantó al gobierno y nos pidieron que cerráramos
las iglesias hace diez días, el gobierno no había cerrado nada. Ayer fue el
primer día en el que se cerraron los centros educativos, y eso que era un
clamor popular el que se cerrasen desde la semana pasada. Como casi siempre, el
argumento para no cerrar las cosas era el económico. Aquí es imposible confinar
a la gente en sus casas, simplemente porque no tienen casas donde poder
confinarse, ni medios. Nada tiene que ver el modo de vivir de esta gente con el
de Europa, no hay supermercados donde comprar alimentos, no hay agua en las
casas, hay que ir a buscarla al pozo o la fuente común si tienen suerte. Por lo
que en lo que insistimos es en que guarden la distancia y que se laven mucho
las manos con jabón, si conseguimos eso, ya habremos conseguido mucho. Pero la
vida se hace, por obligación, en la calle, en los pequeños mercados de cada
pueblo. La última celebración que hice con fieles fue en Tume, en la capilla de
la visitación, donde un dibujo recuerda el encuentro entre Isabel y María,
están abrazándose. Todos volvemos a soñar en el día en que podamos abrazarnos.
Aprovecho para recordar que cada día hay que abrazar la Vida, dar gracias por
el nuevo amanecer, y saber que la Vida sigue abriéndose camino en medio de los
tiempos más dolorosos y duros.