martes, 28 de junio de 2016

Miedo ante las desgracias

Hay cosas en la vida de difícil explicación. El otro día tuve que ir a casa de Timoté, tenía miedo y la razón era clara, sus dos últimas mujeres han muerto en el parto. Para nosotros la explicación es fácil, una vez más la falta de medios, de personal suficientemente preparado, de saber reaccionar a tiempo. Todo eso ha hecho que en un parto con alguna complicación, las dos mujeres con las criaturas que llevaban en el interior hayan muerto. Timoté querría no tener miedo, pero en su entorno le dicen que el problema es que tiene malos espíritus en la casa, incluso no le dejan volver a habitarla. El nos dijo que quería volver allí y nos pidió que fuéramos a rezar a su casa y que su familia lo viera, también que si podía bendecirle su hogar. Fuimos con la comunidad y rezamos, pero no para expulsar los malos espíritus, sino para que la familia viviera siempre junto al Señor, tuviera confianza incluso en los momentos más difíciles. A los espíritus que se aparecen de noche los combaten con un cuchillo y teniendo siempre un candil encendido. Por suerte los que creen en Jesús recurren a su fe y la oración para combatir el miedo. Por supuesto le regalé una cruz para que tuviera presente a Jesús en el hogar y una imagen de la Virgen, eso siempre ayuda a recordar en quien confiamos.

sábado, 18 de junio de 2016

Conciencia libre

Esta semana he viajado a una ciudad del norte a hacer diferentes gestiones y visitas. Entre las visitas he saludado a Tierri, un joven de nuestra parroquia que desde hace cuatro años es policía. Charlar con él resulta muy interesante, a la vez que edificante y estimulante. ¿Por qué? Pues porque tiene una visión, desde dentro, de toda la corrupción y de todas las injusticias que se cometen por parte de la “autoridad” en este país. Hasta el día de hoy, el se niega a entrar en esa dinámica, pero lo que es todavía más admirable, es que no se calla la boca y cuando tiene que decir que algo es injusto o está mal hecho, lo dice. Esto le está acarreando muchísimos problemas y castigos injustos dentro de la policía, como arrestos semanales. Sus dos jefes y sus cobardes compañeros (me dijo que había otros dos compañeros que hacían lo mismo que él) le califican de mal camarada. Hay que tener caradura para ello. Pero es que gente así es incómoda, pues con su actitud, cuestiona el comportamiento rastrero y abusivo de los que lo hacen mal. A la pregunta de si sufre, me dijo que sí, pero que ya se va acostumbrando a los castigos, que sus jefes están desesperados porque no pueden hacer nada más contra él, y que al final, el piensa, que ganará la verdad. Que no le importa sufrir, que prefiere todo eso a no poder dormir con la “conciencia libre”. La gente que no defiende la verdad, un día acabará estallando pues las injusticias serán cometidas contra ellos y no lo aguantarán. Por ahora es incapaz de hacer otra cosa, eso es lo que ha aprendido desde pequeño y eso es lo que le exige su fe en Jesús. Ser cristiano exige tener la conciencia libre de culpa.