viernes, 25 de noviembre de 2011

La peregrinación continúa

Toda una experiencia tener que ir en ese lugar
 El sábado por la mañana, una vez repuestas las fuerzas, tuvimos un encuentro con el padre Ángel de Mensajeros de la Paz y con los niños. Nos hablaron de lo que hacían y nos contaron alguna historia de alguno de los niños acogidos. Los chavales son abandonados en las calles o en el gran mercado de Cotonou, muchos de ellos con problemas físicos o psicológicos muy serios. Nuestros catequistas contaron como también les toca a ellos, en nuestra zona, acoger a los niños no queridos. Como no hay ninguna institución que los acoja, buscan familias que lo hagan dentro de nuestra comunidad. También dirigió el padre Ángel palabras de ánimo a los catequistas y de agradecimiento por su labor en la evangelización. Después tocó realizar el sueño de muchos, nos bañamos en el mar. Fue una gozada, casi todos se quedaron en la orilla, pues los que saben nadar lo hacen con escasa destreza, pero fue un rato de disfrutar, viendo los aviones y el helicóptero con el que pasó el Papa camino de Uidah. Después de comer y la santa siesta nos dirigimos al colegio de los salesianos para celebrar todos juntos la eucaristía en bariba y el sacramento de la reconciliación. Nadie quería celebrar la misa del día siguiente sin estar en perfectas condiciones en su interior. Los nervios empezaban a notarse por la ilusión de lo que se iba a vivir el día siguiente. Nos iba a tocar madrugar, pero todo esfuerzo merecía la pena.

martes, 22 de noviembre de 2011

Vamos de peregrinación

Algunos no podían dejar de mirar el mar
Con motivo de la visita del Papa a estas tierras, el pasado viernes comenzamos, con veinticuatro de nuestros catequistas, nuestra peregrinación a Cotonou. Fuimos con la gente de la parroquia de Bembereke. En total pasábamos de las cincuenta personas. Una experiencia interesante, sobre todo cuando una hora después de haber salido se rompió una amortiguación del coche que yo llevaba lleno de gente. Imaginaros la situación con los baches que hay por estos caminos y carreteras. No había otra posibilidad más que continuar con las, por lo menos, siete horas de viaje que quedaba por realizar. Con algún que otro problema más que surgió en el motor, al final conseguimos llegar a la casa de mensajeros de la paz en Cotonou. Allí fuimos acogidos con todo el cariño y con las tiendas que habían preparado para nuestra estancia de tres noches. Nuestra gente pasó el viaje en la parte de atrás de las rancheras, llegaban llenos de polvo, o más bien tierra y con el agotamiento de haber pasado unas diez horas de viaje, sentados o de pié, en no muy cómodas circunstancias. Lo cierto es que tienen una resistencia a prueba de bombas. Después de lavarse y cambiarse de ropa les llevamos a la playa. Para mí fue un regalo ver las caras de asombro y emoción que tenían ante semejante espectáculo. Era el mar, la mayoría jamás lo había visto, ni lo había escuchado.  Algunos grababan el sonido en sus móviles, otros con bidones cogían agua del mar y se quedaban alucinados al ver que era salada. También los había que no se acercaban ni por asomo. Las preguntas eran de lo más variopintas, ¿hay algo al otro lado? ¿Dónde acaba? Una vez más, ese atardecer precioso que nos regaló Dios, se convirtió para mí en el regalo de poderme emocionar viendo como nuestros catequistas disfrutaban de esa nueva experiencia.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Va de estrenos

 Esta semana va plagada de estrenos. Me estreno en el mes de noviembre escribiendo en el blog. Luis ha vuelto a la misión, esta vez se estrena su padre haciéndonos la visita y su madre repite. Hemos estrenado un nuevo coche, pues dos de los que tenemos están ciertamente en las últimas. Yo estuve en la bendición y fiesta del hospital diocesano de la diócesis vecina de Natitangou. La gestión la llevan nuestras queridas hermanas franciscanas de la pequeña familia de María. Estas hermanas panameñas llevan aquí diez años y la relación con nuestra misión goza de muy buena salud desde hace años.
 Yo hice de conejillo de indias y la máquina de radiografías que veis en la foto la probamos el día anterior para comprobar que el dolor de mi hombro no era grave. Así que fue un favor en dos direcciones.
 Este hospital de zona viene a ser una aportación para la salud del Atakora bien importante. La maquinaria es de tecnología puntera y la intención es que los profesionales que allí trabajen estén bien formados. Todo ello se logra con ayudas del exterior. Para poneros un ejemplo de cómo está por aquí la sanidad os diré que actualmente el gobierno ha dicho que las cesáreas tienen que ser gratuitas. Pues en el hospital público de Natitangou, el otro día se negaron a hacer una cesárea a una mujer porque no quería pagar. ¿Quién tiene la culpa? Nunca se sabe, pues los médicos dicen que no reciben su sueldo y el gobierno dice que son unos vagos, unos por otros la casa sin barrer.
Bendición de máquina de radiografías
 Ahí vuelve a estar la Iglesia trabajando por los más desfavorecidos sin pedir nada a cambio y dedicando muchos recursos. De hecho el hospital lo han acabado y la catedral la han consagrado sin poder acabarla por falta de presupuesto. Felicidades por el setenta aniversario de la evangelización de la diócesis de Natitangou.