Cecile es una chica de 19 años que arrastra esta
extraña enfermedad hace tiempo. La tripa se le llena de agua. Ya le han vaciado
varias veces, y eso la hace mejorar un poco, pero luego vuelve a llenársele. Le
hicimos pasar consulta con un médico francés, el cual tras consultar el caso
con especialistas, nos propuso un tratamiento y dijo que si no funcionaba
tocaría operarla. Es una operación delicada que tiene una mortandad en Francia
entre el 20 y el 30 por ciento. Una vez más, en este caso la madre, el entorno prefirió
pensar que era cosa de malos espíritus, interrumpieron el tratamiento, y
empezaron a deambular de un charlatán a otro. Incluso fueron al exorcista de la
diócesis, que por lo menos la envió al hospital a que la mirasen. Sólo supieron
vaciarle el líquido y enviarla a casa. Después de dos meses desaparecida nos
llegó la noticia de que estaba de nuevo en casa y en muy mal estado, a punto de
morir. El otro día fui a verla, celebré con ella varios sacramentos, que ella
recibió y celebró con mucha confianza, pues entiende perfectamente que su vida
en este mundo, no parece que vaya a durar mucho. Le hice la foto principalmente
para enviarla al hospital de referencia en esta zona, que es el de Tanguieta y
ver si todavía podíamos hacer algo. La hermana a la que se lo envié me dijo,
“mientras hay vida, siempre hay algo que se pueda hacer”. Así que si todo va
bien, y la familia no vuelve a las andadas, pasado emprenderá viaje al norte a
ver qué se puede hacer, por lo menos ponerle un tratamiento que reduzca su sufrimiento.