martes, 28 de agosto de 2012

Añorar

De esta manera se pone algún camino cuando llueve
Querido lector de este blog, no sé si añorabas mis escritos, pero en cualquier caso yo retomo este espacio para seguir compartiendo mis vivencias por la misión. Cierto es que el ser humano añora lo que no tiene, en mi caso, a lo largo de mi descanso por España he añorado este lugar, he añorado la sonrisa de estos niños, la acogida calurosa de esta buena gente, el poder hacer cuarenta kilómetros bajo una lluvia intensa, que pone el camino difícil, para poder acompañar en su sufrimiento a Veronique que sigue con ese cáncer que se la va comiendo poco a poco, he añorado esas diarreas que se cogen no se sabe por qué y desaparecen también sin saber por qué, he añorado el cansancio por tener que celebrar la eucaristía en lenguas que no domino y que me cuesta pronunciar correctamente, tantas y tantas cosas que uno vive con intensidad y le llenan. En definitiva y sabiendo que es bueno descansar, he añorado lo que da sentido a mi vida que es realizar la misión que la Iglesia me ha encomendado en este momento. Entiendo que añoramos aquello que disfrutamos y aquellos con los que disfrutamos intensamente nuestra vida. Por eso ahora me toca añorar a mi madre, mis hermanos y demás familia, los amigos, mi diócesis. Os he disfrutado este tiempo, aunque por desgracia no he podido veros a todos, pero el sentir en mi corazón que os añoro me hace saber que os quiero. Por suerte nunca añoro a Dios, pues El siempre está conmigo.