miércoles, 29 de febrero de 2012

Olfateando el camino de la cruz

La vida nos regala belleza y buenos olores a pesar del dolor

 La semana pasada comenzamos la cuaresma, los viernes por estos lares se reza con profusión el viacrucis, tanto mayores como jóvenes y niños. El viernes pasado celebré la eucaristía en Bukuro, pequeña comunidad de bautizados. Allí se encuentra una anciana llamada Veronique que anda desde hace un tiempo con un cáncer de pecho. Mis compañeros me dijeron que habían llevado la comunión a Veronique y que les había impresionado el pecho comido por la enfermedad y cuya imagen impresionaba. Al terminar la misa le dije a la gente que me mostrasen dónde se encontraba la casa de Veronique pues quería llevarle la comunión. Me acompañó toda la comunidad, llegamos a la casa y descorrí la cortinilla que hace las funciones de puerta. Ciertamente la imagen de esta mujer y su enfermedad es dura, pero el olor penetrante a carne podrida, que se impregnaba en lo más hondo del sentido del olfato, me dejo profundamente consternado. Detrás de mi entró una representación de todos los que venían, incluidos los niños. Rezamos juntos y le di la comunión. Ella no se quejaba, simplemente agradecía nuestra compañía y nuestra oración por ella. Aquí no hay medios ni recursos para curar dicha enfermedad, y tampoco para mitigar los dolores, ciertamente hay muchos que viven la cruz a lo largo de su vida. Aun así salí con sensación de esperanza, pues gente como esta anciana me enseña a nunca desesperar y afrontar la vida con ánimo. En la casa de al lado aproveché para felicitar a una madre que acababa de tener una niña y rezar junto a la comunidad por esta nueva vida.

martes, 21 de febrero de 2012

Felicien y la primera evangelización

Jack Julia, fundó la parroquia hace 41 años
Hace un par de meses murió el primer catequista de la parroquia. De hecho me toco llevarle a mí en el coche, cuando agonizaba, hasta el hospital. La acogida allí, a pesar de la situación, mejor no narrarla, algo realmente desastroso. El caso es que con ese motivo tuve ocasión de conocer mejor la vida de este hombre que de 1969 a 1971 estuvo formándose en el centro de Gogonou para ser catequista. Al llegar a la parroquia el misionero francés que la fundó le pidió que se fuera a vivir con la familia a otro pueblo, allí no había ningún cristiano. Él se fue y aquella comunidad de Sekere empezó a crecer. Quizá el misterio del éxito está en las palabras de Jesús María Peña, primer misionero riojano en esta parroquia “Tuve la suerte de asistir a alguna de sus catequesis y tengo que decir que probablemente era ‘el mejor’: su sonrisa en el momento de hablar de Jesús y de la Palabra llegaban al corazón más que largos discursos”. Siempre me pregunto si realmente siento dentro de mí ese Amor auténtico a Dios, y si cada cosa que hago en favor del Reino es con esa sonrisa que portan en su rostro los enamorados. La vida diaria no es fácil, pero cuando uno se siente amado y puede amar somos capaces de superar cualquier dificultad.

sábado, 11 de febrero de 2012

La anormalidad se hace norma

¿Qué destino les espera? Por ahora disfrutar la vida
El pasado jueves salí de noche hacía el pueblo de Fo- Buko, el día anterior habíamos estado de fiesta allí. Inauguramos la captación de agua, el molino de la cooperativa de mujeres y el dispensario médico. Todo promovido por la misión  y con la ayuda de distintas organizaciones y amigos. Esa misma noche nos llamarón para decirnos que había muerto Noelí. Una niña de un año que habíamos bautizado esta pasada Navidad. Por eso salí de casa a las 6:30 de la mañana, para celebrar la misa por esa bautizada que había fallecido. Después de la eucaristía me dirigí a la tumba para que todos rezáramos allí por ella y poner la cruz. Me sorprendió de manera muy positiva que la tumba estuviera pegada a la casa y no en mitad de cualquier campo. Os explico por qué. Resulta que entre los bariba la costumbre que hay es que cuando alguien muere de una muerte “vergonzante” se le entierra en algún lugar lejano. Sin embargo, si has vivido una larga vida hasta la vejez, entonces eres enterrado en el patio de casa con todos los honores. Hemos nacido para vivir hasta la vejez, por lo que cualquier muerte prematura por enfermedad o accidente no es algo de lo que enorgullecerse. Si esto ocurre, quiere decir que no has cumplido el destino que se te había encomendado. Pero por desgracia, con demasiada frecuencia, la muerte de los niños de menos de cinco años es algo cotidiano  que forma parte de nuestra vida. Por suerte las familias cristianas entienden que toda vida es un regalo, aunque se haya vivido sólo un año siempre nos espera la Eternidad.

viernes, 3 de febrero de 2012

Dar pequeños pasos

Vamos avanzando en el día a día de la misión. Estamos otra vez celebrando las etapas del catecumenado. Traducir etapas al baatonum es decir pasos. Sigue admirándome con que ilusión hace esta gente el proceso, de al menos tres años, para incorporarse a la comunidad católica. A muchos los echan de sus casas, les quitan sus hijos, les dejan sin tierras, aun así no renuncian al camino de Jesús. Se sienten queridos, se sienten amados por Dios, por fin se sienten respetados y con su dignidad devuelta como seres humanos. La vida es un camino que cada uno debemos recorrer, hay que dar un paso tras otro. Mejor si miras donde pones los pies y lo haces con tranquilidad, hay menos posibilidades de tropezar. Pero no te puedes quedar parado por muchas dificultades que encuentres, pues aunque no tropezarías, tampoco avanzarías y te perderías muchas cosas por descubrir. Aquí eso lo tienen bastante claro, descalzos, con minusvalías, con falta de muchas cosas, ellos siguen su camino como personas, su camino como cristianos. A Peetu, la chica peul de la foto, la quisieron entregar en matrimonio con un hombre mayor musulmán. Ella se volvió al campo con su padre pues no quería renunciar a lo que cree. Ella no tiene la vida fácil, pero tiene un coraje fuera de lo común. Si todo va bien se bautizará esta próxima Pascua. Decimos que la fe mueve montañas, pero a lo que realmente nos mueve es a vivir nuestra vida con absoluta libertad.