miércoles, 24 de octubre de 2012

Dominica, una vida entregada

Dominica siempre sonriendo con las bromas de Rafael
Ya hace algo más de un mes despedimos a la hermana Dominica que se volvía definitivamente para España. A sus ochenta y un años todavía seguía por estas tierras entregando su vida por anunciar la Buena Noticia. Mujer prudente y cabal, lo cual me ayudaba mucho a mí por mi manera de ser. Cuando nos hacemos mayores parece que la vida no tiene sentido pues “no podemos hacer nada”. Cuantas veces oigo esa cantinela. Todavía pensamos que valemos por lo hacemos y no por lo que somos, aun diría más, valemos tanto en cuanto nos pueden amar y somos capaces de amar. Dejarnos cuidar, que alguien esté atento a nosotros, que nos puedan ayudar, todo eso hace mucho bien a la gente que está nuestro lado. Lo único que nosotros podemos hacer es devolver una sonrisa y dejar que nos mimen. Esa sonrisa será un aliento del Espíritu y una alegría para quien la reciba. Aquí en África el respeto a los mayores es algo sagrado, tienen claro que gracias a ellos ahora los jóvenes están viviendo. Tienen claro que son gente sabia que ha vivido mucho y de la que se puede aprender mucho, no se les desprecia porque no hagan nada, sino todo lo contrario, se les admira por lo que se han sacrificado a lo largo de su vida y se les cuida. Espero que la hermana Dominica lleve toda su sabiduría y su preciosa sonrisa allá donde la han destinado por tierras valencianas.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Ser voz de los sin voz

Acogido desde la entrada del pueblo y en procesión en un medio musulmán y tradicional
Con los críos al terminar la primera celebración. Calurosa en todos los aspectos


 Ya en el libro del éxodo Dios le dice a Moisés, por su dificultad en el habla,  que use a su hermano Aarón para que hable en su nombre. Estos días de visita de los misioneros y de nuestros obispos he podido ir comunicando a mi obispo lo que le decían y he transmitido su palabra a esta buena gente, algo que sinceramente me ha reconfortado, pues ha sido una experiencia gratificante poder echar una mano al que es mi pastor. Lo más complicado en este mundo no es ayudar a alguien que por no conocer una lengua no puede transmitir lo que quiere, pues al final el lenguaje del Amor es universal y se entiende a la perfección aunque no se despeguen los labios. Lo que realmente es difícil es dar voz en medio de este mundo a los pobres, a los que no cuentan, a todas esas bocas que piden alimento, que piden sanidad, que piden educación, pero que no producen la riqueza exigida por nuestras estructuras globalizadas. El problema no es hablar bien o mal, el problema es que nadie quiere escucharles, son un estorbo y no interesan en términos económicos, pues realmente son un gasto. Pero Dios les escucha y habla a través de ellos. Una de las grandes misiones de la Iglesia debe ser siempre hacer que ese diálogo de Dios con el mundo, a través de los más necesitados, sea siempre recibido por los más poderosos. Lo que si puedo asegurar es que entre D. Alfonso y esta gente se ha escuchado a la perfección la alegría de Dios por el encuentro entre hermanos.

Bailar es algo que hay que hacer cuando se está alegre, qué mejor que al final de la ecuaristía

sábado, 6 de octubre de 2012

El Señor nos ha ungido para ...

Todos los misioneros con los dos obispos, foto de familia

Hemos estado de celebración en la misión. Hemos tenido el regalo de la presencia de nuestros obispos y de todos los misioneros riojanos que durante estos últimos veinticinco años han estado anunciando el Evangelio en la parroquia de Fo-Bouré. Nos hemos desgastado y agotado para que toda la gente se sintiera a gusto en la celebración del pasado día 29 de septiembre en nuestra parroquia. Pero nada de eso es importante si perdemos de vista el porqué de la celebración. Sentir la necesidad, en la vida de uno, de anunciar la Buena Noticia que es Jesucristo a los más pobres, conseguir que puedan recuperar su dignidad como seres humanos, que puedan sentir que son amados por Dios y que eso les hace valiosos. Saber que ese Amor les llena de derechos humanos en su vida y les llena de Esperanza. Que puedan sentirse libres de las opresiones que tanta desigualdad en nuestro mundo les genera.  Que la aflicción no ahogue su alegría innata. Por todo ello la Iglesia ha enviado a lo largo de estos años a distintos sacerdotes a esta tierra, ni eran, ni son los mejores. Tenemos muchos defectos, pero ello no nos impide trabajar con esta gente y mucho menos nos impide anunciar el Evangelio. No conozco mejor manera de hacer que la gente salga de todas sus miserias que el anuncio de la Buena Noticia, para eso nos ha ungido el Señor.