En este comienzo de curso, y no me equivoco, porque aquí la
escuela y la secundaria empiezan en septiembre, pero la universidad es otra cosa,
hay gente que llega a empezar en enero el curso, la verdad es que es un poco incomprensible. Pues como decía, en este comienzo de curso vamos
viendo las distintas necesidades que pueden tener los estudiantes y su
situación personal y familiar. Todo ello, como se puede imaginar, es para ver
si les podemos ayudar con una beca de estudios. El mes pasado tuve a dos
hermanas que habían terminado su bachiller y aprobado el examen de acceso a la
universidad, cuando les pregunté que iban a estudiar me hablaron de un módulo
de tres meses para aprender a hacer repostería. La verdad es que me quedé un poco
sorprendido de que no quisieran ir a la universidad. Demasiado rápida mi
conclusión, pues hablando con el que viene a hacerme la reparación de las
motos, acabo averiguando que es su tío y que en realidad no van a la
universidad porque no tienen medios para hacerlo. Llamé a las chicas y las escuché,
les todo lo que tenían que traerme para que pudiéramos darles una beca y las
normas que poníamos para ello. Nada complicado, pero cuatro cosas básicas para
intentar asegurarnos de que terminen bien lo que han empezado. Cuando les dije
que les ayudábamos, me quedé sorprendido, pues se les cambió la cara, creí que
había algún problema, y en realidad es que estaban conteniendo las lágrimas,
estaban emocionadas de pensar que podían ir a la universidad y estudiar lo que
querían. De hecho, acabaron brotando las lágrimas de sus ojos. Esperemos que aprovechen
la oportunidad como es debido. Venían acompañadas de su sobrina pequeña, todo
sonriente.