jueves, 1 de diciembre de 2022

Andrés

 

  El pasado 15 de octubre, día de Santa Teresa, fuimos a Parakou, a la parroquia de los oblatos de San francisco de Sales, a la ordenación de un chico de Fo-Boure. Fue todo un acontecimiento, pues es el primer chico de ese pueblo que se ordena. Empezó el seminario en la diócesis, pero en una interrupción conoció en la universidad a esta congregación y descubrió su auténtica vocación. Fueron tres los ordenados, pero bariba solo él y de pueblo pequeño. Aun así la gente del campo se hizo notar y acudimos en masa a acompañarle ese día. Es un hombre sencillo, que quiere estar con la gente necesitada, el viene de esa realidad, y al que por ahora no se le han subido a la cabeza los honores. Es el primer religioso bariba que existe, pues monjas hay unas cuantas, pero hombres no. Sacerdotes diocesanos también hay, pero no religiosos. Con que sencillez se celebró después de la ordenación la fiesta, todos comimos lo mismo y en los mismos bancos, no hubo apartados para las personalidades, eso me pareció un gran detalle y nos ayudo a poder compartir el rato con nuestra gente. Eso sí, cómodo no era, pero a todo hay que acostumbrarse, y aquí ya estamos acostumbrados a comer donde sea. Comida sencilla y sin grandes dispendios, lo cual me pareció un signo evangélico, pues no hay porqué gastarse cantidades ingentes de dinero en estas cosas. Solo desearle a Andrés que sea fiel a lo prometido durante toda su vida.

lunes, 31 de octubre de 2022

Sobrevivir ¿a cualquier precio?

 

El año pasado me presentaron a una chica joven que había tenido una vida muy difícil. Sus padres quisieron darla en matrimonio forzado y ella huyo de su casa por ese motivo, siendo muy jovencita. Tuvo suerte, encontró buenas personas y la acogieron lejos de su lugar de origen en un orfanato. Allí estuvo protegida y estudiando hasta la edad de los 18 años, en el orfanato le dijeron que no podía seguir por exigencias de la ley. Ese año tenía que estudiar el último curso de bachiller y presentarse al examen de acceso a la universidad. Cuando me la presentaron la idea fue ayudarla para que pudiese estudiar en la universidad, ya había aprobado el último curso y la prueba de acceso, le contamos las normas a seguir y le dijimos que nos presentase los gastos anuales que preveía durante el año. Para nuestra sorpresa desapareció, no volvimos a tener noticias de ella. Pero este año volvió a pedirme ayuda para poder montar un pequeño comercio y poderse valer por si misma. Le hice quedar conmigo y le dije que lo primero era que me explicase por qué no había vuelto a dar señales de vida con lo de los estudios. La respuesta es que al hacer las cuentas le había salido que era mucho dinero y no quería pedirlo. Me pareció que había algo más detrás de esa mirada triste y le dije que sí podía ayudarla, que me contara la verdad, que yo no había puesto límite a la ayuda y que éramos nosotros quienes debíamos decidir si ayudarla o no, pero que ella no debía renunciar. Entre lágrimas y con dificultad me cuenta que cuando salió del orfanato encontró a alguien que la acogió y le pago los estudios del último año de bachiller para poder ir a la universidad. Pero no era un buen samaritano, sino un abusador, a cambio ella tuvo que acostarse con él todas las veces que él quiso. No se me ocurre juzgarla, estaba sola y en la calle, desesperada, una victima más de tanta injusticia como hay en el mundo. Entendí claramente por qué no quería pedirnos tanto dinero, probablemente pensó que le tocaría hacer lo mismo, y ella ya había huido de esa situación en cuanto pudo. Ahora está intentando sacar adelante su comercio con nuestra ayuda, con el compromiso que devolverá lo prestado. Le deseo la mejor de las suertes en la vida, que hasta ahora no ha sido nada fácil.

jueves, 29 de septiembre de 2022

Caminos

 


Estamos a final de septiembre, tiempo en el que las lluvias deberían estar acabando y cayendo de manera suave. Pero llevamos estos últimos años en el que el tiempo se ha vuelto loco, septiembre y octubre están siendo meses de grandes lluvias, algunas como raramente se veían, pues no es que no caigan grandes lluvias en su época, pero ahora es exagerado. Eso unido a los malos caminos de tierra que tenemos y que los camiones no respetan la ley de que cuando llueve deben esperar a circular por los caminos, hace que los caminos queden bloqueados. Hace una semana fueron tales las lluvias que las poblaciones de Bouanri quedaron aisladas, ninguno de los cinco caminos principales que salen de allí eran practicables ni para coches, ni para motos, sólo en piragua o cruzando a pie era posible salir. Por suerte sólo duro la situación dos días y medio. Aquí la gente se toma con calma y resignación lo que manda la naturaleza, pero no es lo mismo cuando los camioneros bloquean los caminos y los dejan destrozados para sacar sus camiones enfangados. Un camino que normalmente se podía hacer en cuarenta minutos, ahora puede costar más de dos horas. Que el arcángel S. Rafael nos acompañe en el camino de la vida y en los caminos de tierra roja.

sábado, 25 de junio de 2022

No debemos acostumbrarnos

 

El pasado jueves celebré el funeral de Joel, un niño de tres años de la etnia gando. Una vez más la malaria se llevó por delante la vida de una criatura indefensa. Por otro lado nada nuevo, nada que no sea habitual, sobre todo en esta época de lluvias que empieza y en la que los mosquitos se multiplican por doquier. Los padres atareados en sus campos, preparando la tierra, cultivándola, sembrándola. Muchas veces los pequeños se quedan en el pueblo con las abuelas, y aunque los padres vuelvan de noche, cuando se dan cuenta de que el niño tiene fiebre y está malo, por desgracia es demasiado tarde. La malaria o paludismo puede matar a un niño de manera muy rápida, como ha sido el caso. La falta de recursos y la falta de medios para poder estar atentos a todo lo que ocurre a las criaturas, no ayuda a poder poner fácilmente solución a este problema devastador. Cuando en nuestras vidas algo se convierte en habitual, por desgracia, acabamos habituándonos y parece que nos afecta menos. Para protegernos del sufrimiento, tendemos a no darle importancia a estas cosas que nos golpean una y otra vez, y desviamos la atención hacia cosas más placenteras y que nos reportan más “felicidad”. Es normal y lógico, pues si no acabaríamos como locos. Pero que eso no nos haga olvidar lo que sigue viviendo nuestra gente, pues todos formamos parte de la misma humanidad. El celebrar la misa por Joel es una fiesta que llama a la Esperanza en el Resucitado y la invitación de compartir con Él la vida eterna.

martes, 31 de mayo de 2022

Compromiso

 

La pañoleta es el simbolo del compromiso scout

Estamos en un momento de la historia donde cada día cuesta más conseguir un compromiso firme por parte de mucha gente. Las distintas obligaciones que tenemos o nos autoimponemos, el pensar siempre en lo nuestro y poco en los demás o en la naturaleza, nos hace cada día una sociedad más egoísta y menos desprendida a la hora de dar nuestro tiempo y nuestras capacidades, de manera gratuita, al servicio del bien común. Por suerte sigue habiendo gente que todavía sueña con ese mundo mejor que todos debemos construir basándonos en el principio de solidaridad y generosidad. Hace un par de fines de semana los scouts católicos del sector de Bembereke celebraron su campamento de promesas en la parroquia de Bouanri. Allí después de recibir formación, al final de la eucaristía del domingo hicieron su compromiso scout. Fue una alegría poder recibirlos y acogerlos y compartir con ellos la celebración. Para mi sorpresa, y muy agradable por cierto, hizo su promesa scout un tierno infante, el cual ya sabe lo que es decir sí con generosidad a intentar construir un mundo mejor y cuidar el entorno, pues un scout siempre ve en la naturaleza la mano de Dios. Espero que este espíritu le acompañe a lo largo de su vida y no se desanime a pesar del ambiente contrario.

martes, 3 de mayo de 2022

Sin gasoil

 

 Lo primero y aunque con un poco de retraso es desear una feliz Pascua a todos los  que seguís fielmente este blog. Que el resucitado os llene de Vida.

 Llevamos unos tres meses con un problema grave de falta de gasoil, el problema decían que era la invasión de Ucrania, y no les faltaba razón, no porque hubiese falta de crudo, sino porque habían subido los precios. Aquí el precio de venta está controlado por el estado beninés y se negaba a subir más el precio, por lo que las compañías que lo venden se negaban a comprarlo más caro de lo que podían vender. Consecuencia, o tenías algún vehículo de gasolina, o tenías que quedarte en casa. También podías ir en bici o a pie, pero eso se hacía realmente complicado. Debido a eso hemos tenido que celebrar toda la Semana Santa yendo en moto, que es de gasolina, más cansado, con más tierra en el cuerpo al final del día, pero feliz. Excepto el Viernes Santo que una tormenta nos sorprendió en medio de los pueblos. ¿Cómo volver a casa? Pues gracias a Dios el jefe de distrito tiene un coche de gasolina y nos lo presto para poder regresar, no es que estuviera en muy buen estado, pero cumplió su función con creces, no puedo nada más que agradecer su generosidad. Os preguntaréis por qué no hay gasoil y gasolina sí. Pues porque en este país la gasolina la gente la compra de contrabando de Nigeria, y no suele faltar, el gasoil es difícil encontrarlo de contrabando y si lo encuentras es arriesgado llenar el depósito pues suele venir con mucha suciedad. Parece que el suministro va volviendo poco a poco, por fin el gobierno aceptó dejar subir el precio. La pregunta ahora es si podremos circular mucho con los coches teniendo el combustible a ese precio.

jueves, 31 de marzo de 2022

Retomar viejas costumbres

 


La semana pasada volvimos a realizar el encuentro de formación de los catequistas y animadores en lengua peulh. Estaban encantados y participaron 42. Una de sus quejas era el por qué se había dejado de dar esa formación. La explicación es simple, hace cuatro años que se fue el último de los tres misioneros que se encargaban de ello, y aunque la diócesis dijera que tenía interés en seguir, no había nadie dispuesto a hacerlo. Cual es el problema, una cosa que es positiva para ellos y sus comunidades, no nos damos cuenta que revertirá luego en nuestro propio beneficio, y sólo somos capaces de mirar el esfuerzo que exige hacerlo, tanto de tiempo como económico. Y todo se para. Por suerte convencimos al obispo de la necesidad de retomar este camino, antes habíamos hablado con los compañeros que tienen esta realidad y todos tenían claro que había que hacerlo. Pero a lo hora de prepararlo, y de hacer el encuentro, no encontramos a ningún voluntario. Por suerte, Jacques Casco, cocinero de Gamia y catequista desde hace muchísimos años, ayudó las tres tardes del encuentro a dar formación y descargo un poco la labor. El obispo estaba encantado con el encuentro y prometió que no se volvería a interrumpir. Pero no es cuestión de que otro misionero lo esté haciendo, sino de tomar conciencia colectiva del bien que reporta a todos. Esto suele pasar en muchos ámbitos de la vida tanto aquí como en todas partes, todos queremos los beneficios, pero pocos están dispuestos a trabajarlos.

domingo, 27 de febrero de 2022

Vivir en paz

 

Este fin de semana acabamos de celebrar la peregrinación anual de la diócesis en el santuario de Nuestra Señora de la Paz. Siempre es necesaria la paz, la de las naciones, la de las familias y la interior de cada uno. Pero ciertamente, en los últimos tiempos y esta semana claramente, es algo que nos toca a todos el corazón. Ver como por distintos intereses, la mayoría de las veces económicos, somos capaces de comenzar conflictos bélicos, es algo espeluznante. La mayoría de la gente de esta zona no tiene ni idea de donde se encuentra Ucrania, igual que mucho europeo no sabe donde está Benín. Todos quedamos muy lejos los unos de los otros. Pero esta gente sí sabe lo que es vivir la violencia, que te arrebaten lo poco que tienes por la fuerza, e incluso vivir con miedo a causa de atentados terroristas en nombre del yihadismo, recientemente hemos sufrido varios atentados en suelo beninés. Por lo que no les cuesta nada sentirse solidarios y conmovidos por todos los conflictos que aparecen en distintas partes del mundo, y rezan con profunda confianza en el Señor, para que vuelva a instaurarse la paz. Quizá este problema global lo estamos creando entre todos, lo digo en el sentido de que si fuéramos más generosos y mirásemos menos nuestros propios intereses, a lo mejor habría más concordia en nuestro planeta. Vivamos sin violencias.

lunes, 31 de enero de 2022

Charles, un maestro

 


De las primeras personas que conocí cuando llegué a este país fue Charles Monra Mansa, mi maestro de lengua bariba, de eso ya escribí en este blog en marzo del 2011. Pero quiero hacer un homenaje a este hombre que según fui conociendo más profundamente, descubrí que era alguien a quien merecía la pena escuchar, había vivido mucho y había vencido grandes fragilidades, siempre sonriente y disponible. Estuvo alcoholizado un tiempo y logró salir sin volver a recaer nunca más, aunque eso le dejó una huella imborrable en su hígado, que al final ha terminado por llevarle junto al Padre Eterno. Nunca se avergonzó de contar su propia historia, siempre que sirviera para poder ayudar a otros que tenían el mismo problema, para intentar que cesaran con esa adicción. Era un enamorado de la vida, pues sabía que era un regalo de Dios, y así lo transmitía cada vez que tenía que dar sus catequesis, cada vez que leía la biblia en su lengua natal, cada vez que tenía que traducir las palabras de los misioneros. Siempre tenía la palabra adecuada y el ejemplo oportuno para hacer comprender nuestros conceptos a la gente sencilla de los pueblos. Fiel esposo y padre preocupado por sus siete hijos, sobre todo para que fueran gente de bien. Charles era un maestro de la vida, un maestro de la Palabra de Dios, un maestro en conservar las buenas amistades, un maestro en saber agradecer las pequeñas cosas de cada día. Su entierro y funeral fueron de una asistencia masiva y conmovedora. Hay más maestros por el mundo y debemos siempre acercarnos a ellos con el respeto que merecen, no desaprovechar las oportunidades cuando se presentan.