Estamos a final de septiembre, tiempo en el que las lluvias deberían estar acabando y cayendo de manera suave. Pero llevamos estos últimos años en el que el tiempo se ha vuelto loco, septiembre y octubre están siendo meses de grandes lluvias, algunas como raramente se veían, pues no es que no caigan grandes lluvias en su época, pero ahora es exagerado. Eso unido a los malos caminos de tierra que tenemos y que los camiones no respetan la ley de que cuando llueve deben esperar a circular por los caminos, hace que los caminos queden bloqueados. Hace una semana fueron tales las lluvias que las poblaciones de Bouanri quedaron aisladas, ninguno de los cinco caminos principales que salen de allí eran practicables ni para coches, ni para motos, sólo en piragua o cruzando a pie era posible salir. Por suerte sólo duro la situación dos días y medio. Aquí la gente se toma con calma y resignación lo que manda la naturaleza, pero no es lo mismo cuando los camioneros bloquean los caminos y los dejan destrozados para sacar sus camiones enfangados. Un camino que normalmente se podía hacer en cuarenta minutos, ahora puede costar más de dos horas. Que el arcángel S. Rafael nos acompañe en el camino de la vida y en los caminos de tierra roja.