viernes, 10 de mayo de 2013

Familias que saben acoger

En la celebración con Poulu (Pablo), el presidente de Yaro

 Como ya os conté en el escrito anterior, hace poco hicimos un encuentro de jóvenes en el que participaron doscientos cincuenta y cinco, de los cuales doscientos once eran de fuera de la localidad que nos acogía. Se nos ocurrió decirle a la comunidad que si les parecía bien acoger a los jóvenes en sus casas, ellos contestaron rápidamente que sí, que lo harían encantados, es algo que está impregnado en la cultura bariba, acoger al extranjero. Hicieron una lista para acoger a los chavales que vinieran, mi preocupación era que faltaran casas. La realidad fue la contraria, hubo muchas casas que se quedaron sin jóvenes para acoger, con el consiguiente disgusto que esto les generó. Esto fue una buena experiencia por parte de todos, los jóvenes no se limitaron a cenar, dormir y desayunar en las casas, sino  que compartieron su fe con las distintas familias. El resultado fue más que positivo, todos estaban encantados. Muchas veces tenemos pereza o reticencias a la hora de acoger alguien desconocido en nuestra casa, más si son un grupo de jóvenes, mucho más si son pobres. En eso, una vez más, esta gente nos vuelve a dar la lección de tener sus hogares abiertos. Sólo te puedes plantear hacer esto si tienes un corazón abierto y acogedor. Fue un gran reflejo de lo que debe ser siempre la Iglesia, lugar de acogida con el Amor de Dios para todos. Espero que ese Amor nos toque el corazón y sepamos hacer lo mismo.