Algo realmente habitual por aquí es
encontrarse con los niños realizando labores, en muchos casos, realmente duras.
Pero la cuestión es saber distinguir entre lo que son situaciones de esclavitud
y situaciones donde todos los miembros de la familia, incluidos los más
pequeños, echan una mano en casa para poder sobrevivir. Según un informe de no
sé qué organismo internacional, Benín es el segundo país más esclavista del
mundo después de Mauritania. Cierto es que hay muchos niños cuyas familias dan
gratuitamente o a cambio de un poco de dinero, pensando en que los niños
estarán bien cuidados. El destino de muchos de esos niños es la esclavitud
moderna, sin derechos, tratados a palos, trabajan de sol a sol en las labores
más penosas que se puedan imaginar. Pero también tenemos la situación de
nuestros críos a los que encontramos haciendo labores de trabajo duras, pero
que forman parte de las labores familiares. Sobre todo nos importa que estos
críos puedan ir a la escuela, que sus padres los lleven al dispensario médico
cuando están enfermos. Nos encantaría que en sus tiempos libres pudieran estar
todo el día jugando y pasándoselo bien con sus amigos, pero con que lo puedan
hacer a ratos nos conformamos. Tampoco está mal que echen una mano en casa, así
aprenden lo que les cuesta a sus padres darles educación, comida y sanidad.