viernes, 27 de junio de 2014

Oro blanco

 Es época de recogida del fruto de karité. De este fruto se extrae, después de un laborioso proceso, el aceite de karité, o como dicen los franceses la mantequilla de karité. Vemos como las mujeres y las niñas van al bosque a recoger estos frutos caídos de los árboles, allí deben tener cuidado de que no les piquen las serpientes, cosa no poco habitual cuando están por allí. Después secar al sol, golpear con palos, moler, calentar el karité machacado, moler con piedras y por fin decantar para sacar la mantequilla blanca de karité. Aquí se usa principalmente como aceite para cocinar, para hacer jabón, e incluso para algún problema de piel. ¿El coste económico? Pues no mucho pues no valoran sus horas de trabajo. Pero el valor que le dan es altísimo pues es esencial para las cosas básicas de la vida. Sin embargo en el mundo “desarrollado” el valor económico es muy alto, se encuentra en los cosméticos más lujosos y caros, cierto es que tiene muy buenas propiedades. Pero no creo que lo más básico en la vida sea la belleza externa, cuando hay cosas mucho más esenciales de las que carece muchísima gente. Más vale la belleza interior que la exterior, eso sí que es oro blanco.