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Jean Paul, tu sí que preparas bien el mono |
No voy a hablaros de primera vez que he comido mono o
serpiente, con que os muestre las fotos vale. Por cierto dos ricos manjares,
muy recomendables para la dieta.
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Serpiente a la brasa, deliciosa |
Quiero explicar eso que ocurre cuando uno está
enamorado, pasa años de su vida con una relación profunda y va surgiendo una
primera vez para todo. Lo cierto es que a lo largo de mi vida la relación con
Dios me ha ido regalando momentos inolvidables, intensos y de una profundidad
que han dejado huella en mi vida. El otro día me toco ir a la comunidad de
Bwetere que está a dos kilómetros de Fo-Bouré, fuimos en moto con Jean, nuestro
catequista que es Gando. Hasta ahí nada de particular, pues estas salidas las
hacemos a menudo. Pero resulta que era la primera vez que en ese pueblo íbamos
a dar una catequesis formal, y me tocó a mí. El nuevo catequista del pueblo,
Salomón y unos cuantos niños estaban esperándonos. Luego se fue añadiendo
alguna mujer y algún que otro hombre. Durante años en este pueblo no han podido
acercarse a la Iglesia porque había un viejo que les pegaba si lo hacían. Todos
sonreían y estaban agradecidos por nuestra presencia. Leímos un trozo del
Evangelio y comentamos quien era Jesús. Pero sobre todo les dije que para
seguir a alguien hay que conocerlo y hacerlo con total libertad. Les conté que
yo estaba allí con ellos porque sentía que Dios me quería infinitamente y que
lo comprobaba a diario en estas tierras. Les enseñamos a hacer la señal de la
cruz en su idioma y así acabamos. Como siempre esta buena gente agradece
nuestra presencia en su pueblo y que tengamos tiempo para visitarlos. Todo
transcurrió bajo la agradable sombra de un gran árbol. Para ellos y para mi,
fue la primera vez.
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Con Jean y la gente de Bwetere en la primera catequesis |