Jacques Julia llegó a Benin en el año 66, un joven de 30
años, con ganas de transmitir toda la pasión que tenía por el Evangelio a estas
buenas gentes del norte. Cinco años más, tarde, y ya han pasado 50, fundó la
parroquia de Fo-Bouré, un día 15 de agosto de 1971. En la celebración nos
explicó por qué eligió ese pueblo como centro de la parroquia, y nos dijo que
fue porque es el lugar donde con más entusiasmo le acogieron. El rey que había
en aquella época, de la familia de los mako, le dijo, tu eres mi hijo, el primero,
de ahí el nombre de Woru, que es como llaman al primer hijo varón los bariba, y
le ofrecieron todo el terreno que el quisiera para establecerse entre ellos y
hablarles de esa nueva religión que les traía. Nos dijo que ha sido feliz
durante todo su ministerio, pero que los 16 años que pasó en la parroquia de
Fo-Boure quizá fueron los más bonitos para su recuerdo. En aquella época estar
por estas tierras era una auténtica aventura, mucho mayor que ahora, eran gente
valiente y sobre todo con una gran vocación. Las historias que puede contar son
interminables, pero me quedo con la de que una de las tantas veces que se le
rompió el dos caballos, en el pueblo donde se le estropeó, todos hicieron una
colecta y le ayudaron para la reparación del coche, pues no era el coche del sacerdote,
sino el de toda la comunidad, pues con él realizaba todas las labores sociales
que se puedan imaginar para todas aquellas gentes. A sus 85 años está fundando
su tercera parroquia un poco más al norte. Que Dios le siga dando fuerzas para
hacer tan buena labor como hasta ahora.