Veronique recibe la comunión |
Hoy
celebramos la exaltación de la Santa Cruz, para muchos necedad, para otros
escandalo, pero para los cristianos símbolo de salvación. Nuestra querida
Veronique, una de las cinco primeras mujeres bautizadas en la parroquia, no lo
tuvo fácil a lo largo de su vida. No tuvo hijos, lo que para una mujer africana
es una auténtica desgracia, pero su marido no la rechazó como es lo normal. Al
final de sus días, ya viuda, contrajo el cáncer de pecho, su familia musulmana
la rechazó y no la acogió en casa por ser católica. Tuvo que venir su sobrina
Agnes desde Nigeria a cuidarla, junto a ella ha estado estos nueve meses de
dolor y sufrimiento. El dolor era cada día mayor en las curas y su sufrimiento
palpable, pero al acabar cada cura, nos daba las gracias y quería rezar con
nosotros. Las religiosas, la comunidad cristiana y todos los que la hemos
acompañado, nos hemos sentido verdaderamente tocados por esta anciana. El día
de su muerte llamó a su sobrina y le advirtió que la familia le traería
problemas, después le dijo que diese las gracias a la comunidad católica del
pueblo, a las religiosas y a los sacerdotes, por todo lo que habían hecho por
ella y por haber rezado con ella, se dio media vuelta y murió. Veronique ha
vivido la cruz a lo largo de su vida, pero la ha vivido con paz y esperanza,
sabiendo que le esperaba la vida eterna junto a Jesús. Veronique no tuvo hijos si
hablamos desde la cuestión física, pero ha sido madre de mucha gente al
transmitirles la vida verdadera, la vida que ella ha vivido unida a Dios.