Más que el buen pastor con las ovejas parecemos cabras locas |
El domingo pasado era
el domingo del Buen Pastor, el que conoce a sus ovejas y ellas le conocen, por
eso hay confianza mutua. Me toco celebrar tres misas y las tres en diferente
idioma, peul, bariba y francés. Los que me conocéis ya podéis imaginar la
escena, todo en plan macarrónico pero sin ninguna vergüenza. A lo largo de mi
vida siempre me ha preocupado compartir con la gente desde el corazón,
mostrarme tal y como soy e intentar que los otros abran el suyo. Esto me ha
llevado a tener muchos y buenos amigos, gente en la que poder confiar y que
confía en mi. El caso es que muchas veces me planteo, en mi labor por estas
tierras, si me dejo conocer por la gente y si llego a conocerles. Pues algo que
resulta a primera vista un inconveniente claro es la dificultad del idioma.
Pero profundizando un poco más descubro que a pesar de la cuestión idiomática,
es posible conocer y que te conozcan. Una vez más la vida me demuestra que es
seguir el ejemplo de Jesús, ser capaces de dar la vida por lo otros. En este
caso con compartir el día a día suele ser suficiente, con sus alegrías y sus
penas. En cualquier caso el que está enamorado siempre está alegre y dispuesto
a alegrar a los demás.