Hace unos días Mohamed
partió a la casa de Allah con sus huríes. Quizá os sorprenda que en este blog
hable de un musulmán, pero ha sido una gran pérdida, por ser un buen amigo y
por ser un hombre dialogante y que tendía puentes. El era costurero, aunque su
pasión eran las nuevas tecnologías y las cosas eléctricas. De hecho, se fue
formando en ello y trabajaba para la misión de Fô-Boure como electricista y
reparando cosas, un hacha. Lo más
importante es que, siendo un musulmán ferviente, que todos los días hacía su
oración y cumplía las normas de su religión, a la vez era un hombre dialogante,
con el que se podía aprender mucho y que siempre tendía puentes entre la comunidad
católica y los musulmanes. Por desgracia, seguía sin tener conciencia de que
cuando se va en moto se debe llevar casco, era un desplazamiento corto, a Siki,
y tuvo la mala suerte de tener un accidente y darse un golpe en la cabeza.
Después de diagnósticos mal hechos y malos tratamientos, después de haber
gastado mucho dinero, al final, cuando las cosas no se hacen bien y en su
momento, resulta que cuando parecía que se estaba recuperando, una infección hospitalaria
ha acabado con su vida. Ha sido una gran perdida para todo el pueblo, y así lo
ha demostrado la gente. Que el Dios único que tenemos todos le guarde.