La semana pasada tenía una reunión en Bembereke con el
jefe de los impuestos. En este país ahora han decidido cobrar por todo, incluso
por los proyectos al desarrollo. Iba con todo preparado para mostrarle que no
tenía sentido lo que me estaba pidiendo, y que en nuestras acciones no hay ánimo
de lucro, sino más bien lo contrario, son una carga económica para la
parroquia. Pero una vez más lo inesperado aconteció, y cuando me quedaba poco
para llegar me encontré un árbol cortado que había caído sobre el camino. Así
que tuve que llamar para anular la cita y volverme a casa. Me dijeron que
estaban haciendo la recolección de la miel, y que si los apicultores veían un
panal en lo alto de un árbol, que lo cortaban sin medir más las consecuencias.
Que no era el único camino que habían cortado a causa de tal hecho. Al final
tuve la reunión con el inspector de hacienda esta semana, y no salí muy
convencido de que entendiera todo lo que le expuse, todo ello acompañado con
documentos. Me dijo que lo estudiaría, pero por lo que me dicen otras personas
de Iglesia, el nuevo presidente está cobrando por todo, incluso por los orfanatos. El clima político está muy tenso, el presidente ha hecho una nueva
ley de partidos en la que sólo se pueden presentar a las elecciones los dos
partidos que él ha creado. Esperemos que el 28 de abril, donde aquí también se
celebran elecciones, haya paz y todo transcurra de una manera democrática. La
Iglesia una vez más, está haciendo campaña por ello.