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Foto tomada el año pasado en Parakou |
Hace unos días celebraron de nuevo el encuentro
propiciado por la fundación Salvador Soler, este año tocaba en España de nuevo.
Es un “buen lugar” donde los misioneros, clero beninés, religiosas de los dos países,
representantes de la iglesia evangélica y distintas organizaciones no gubernamentales
que ayudan en Benín, nos encontramos para compartir experiencias y trabajos
realizados, con la idea, y es lo más importante, de sentirnos unidos y echarnos
una mano en las distintas tareas que realizamos. Por desgracia muchas veces
pecamos de demasiado individualismo, y lo importante es mi misión y lo que yo
hago, y nos preocupa incluso compartir quienes son nuestras fuentes de
financiación. ¿La razón? Miedo a que esas instituciones o personas compartan
sus recursos con otros y nos dejen a nosotros sin recursos. Quizá miedo a que
nos quiten el protagonismo. Por encima de todo está el saber que tenemos una
labor común, que el único sentido de nuestra presencia aquí es el Evangelio,
que da vida, devuelve dignidad a los pisoteados por la miseria y las
injusticias, y que nos hace vivir y sentirnos como hermanos. Por eso los miedos
han caído y en estos años en los que Ramiro nos ha propuesto encontrarnos, las
reuniones han sido un éxito y muy enriquecedoras. En Benín esperamos el segundo
encuentro por estas tierras con ilusión, hay demasiados desencuentros en
nuestro mundo y en nuestra vida como para desaprovechar estas ocasiones.