Un año más celebramos la Pascua, el Señor ha resucitado, está
vivo, y junto con los jóvenes de tres parroquias quisimos manifestarlo el otro
día. ¿Cómo? Pues haciendo nuestra ya tradicional salida de Pascua con las
bicis. Esta vez fuimos a una parroquia vecina, la de Tobre. Parroquia que
pertenece a otra diócesis e incluso a otra región, pero que es de cultura baribá.
Allí el nuevo párroco no había conseguido movilizar mucho a los jóvenes, así
que se nos ocurrió montar esta movida allí para animarlos. Fuimos con los
jóvenes de nuestra parroquia y los de la parroquia de Sinende. En total
participaron 172 jovenes, no está mal el número. Hizo un calor terrible, lo
cual hizo la marcha más dura. No es que hagamos una gran fiesta con grandes
medios, pero sí que aportamos ilusión y alegría. La gente de Tobre, su rey a la
cabeza, junto al imán y la población valoraron y agradecieron nuestra
presencia.
Como veis en la foto este chaval fue con esa bici, un poco
pequeña para la ocasión y sobre todo para hacer en dos días 66 kms. Pero la
cosa no queda ahí, si os fijáis bien es una bici vieja, de esas con sillín de
cuero con agujericos. La bici tendrá unos cuarenta años, una BH de esas
antiguas, indestructible, que por supuesto en España ya nadie valoraba, sin
embargo aquí, es un tesoro, sobre todo porque es sólida y no se rompe como las
que pueden adquirir aquí. Lo que unos no quieren, para otros son tesoros.