En
esta vida uno puede quedarse enganchando a cosas totalmente perniciosas para
la salud tanto mental, como física o espiritual, no es necesario enumerar
ejemplos. Pero también uno puede engancharse a cosas y gentes que te aportan
buena salud, tanto física, como mental y espiritual. He pasado cuatro días con
chavales y responsables del movimiento de los niños. Se han formado, se han
enganchado al compromiso de hacer de estos niños la buena gente del mañana. No
es fácil, en un medio hostil, educar en una serie de valores que están
perdidos, la honestidad, la entrega desinteresada, una buena relación con Dios,
vivir saludablemente. Cuando esto hay que hacerlo con chavales cuyo entorno les
muestra lo contrario, con chavales que están acostumbrados a hacer cosas
indebidas para poder llevarse algo a la boca, la tarea es mucho más complicada.
Pero educar en los valores del Evangelio es adictivo, poder anunciar a tus
pequeños que su vida merece la pena y que tienen que luchar no sólo por sobrevivir,
sino por transformar su realidad, eso es algo que realmente te engancha. ¿Quién
puede no engancharse a un Amor auténtico?