lunes, 7 de marzo de 2011

Presentación formal

Charles, el hombre paciente
Christian y Marlice compañeros de andanzas
 En el anterior escrito os he hablado de mi comienzo a sufrir con el estudio del baatonu, ahora paso a hablaros de quien realmente me sufre a mí, de esto saben mucho alguno de mis hermanos. Las clases las hago de martes a viernes, de 9 a 12 de la mañana. Nuestro profesor es un catequista de la misión de Bembereke, se llama Charles, además es carpintero y padre de familia. Un hombre realmente paciente con nosotros. Los que me conocéis sabéis bien que para estas cosas soy un poco inquieto, no hago nada más que hacer preguntas como una ametralladora, él me tiene que decir que tranquilo que ya vendrá poco a poco todo. También me está ayudando con el francés, pues la clase es francés-baatonu y hay muchas palabras que me toca buscar en el diccionario ya que mi francés es escaso. Uno de los problemas que tengo, sobre todo a partir de las 11 es el sudor. El calor es intenso y empiezas a sudar por todas partes, algo desagradable, sobre todo cuando tienes que escribir. Se me resbala el capuchón y no consigo abrir el boli. El cuaderno pasa a quedarse empapado si tengo que escribir al principio de la página, por lo que me las tengo que apañar para escribir con el brazo en alto para no apoyarlo en el papel. Mis dos compañeros de clase son una monja camerunesa Marlice y un seminarista de nuestra diócesis pero que es del sur y no sabe la lengua, se llama Christian. Ya que estoy en Bembereke ayudo a Alejandro y le celebro la misa de 7 de la mañana en francés lo que me ayuda a mejorar la pronunciación. Antes rezo laudes con Christian.