Por
tercer año hemos celebrado la fiesta de la parroquia, Nuestra Señora del Pilar
de Bouanri. Cada año vamos mejorando, en asistencia, en participación, y en
devoción. Cada vez se suma más gente no sólo a mirar, sino a participar
activamente en las diferentes cosas que programamos. Es una ocasión para
reunirse los de todos los pueblos de la parroquia y juntos manifestar la
alegría de la fe. En un lugar donde somos muy minoritarios, donde muchas veces
se ríen de ellos y les menosprecian por ser católicos. Todo el mundo colabora y
cada comunidad trae su aportación para poder comer durante el día y medio que
dura la fiesta. Mujeres que se pasan la noche sin dormir preparando desayuno y
comida para tanta gente, después de haberse pegado la paliza de haber preparado
también la cena. Gente que viene a pie de lejos pues no tiene otro medio para
venir. Después de rezar el rosario, una larga caravana con la imagen de la Virgen
por el pueblo, cantando y bailando sin parar, con un sol abrasador. No sé como
no se cansan. Y para terminar una velada recreativa, con cantos, bailes y teatros
preparados por diversos grupos. Para rematar, la mañana siguiente, la misa en honor a la Virgen del
Pilar, comida y vuelta a casa. Se palpa la felicidad de haber estado juntos de
fiesta, pero sobre todo porque han podido rezar juntos y ser comunidad, esa es
la verdadera fiesta.