Me disculpo por escribir con retraso este blog y que no haya
salido publicado en marzo, prometo enmendarme. Feliz Pascua de Resurrección.
Este escrito viene muy a cuento con el tiempo que vivimos, pues el obispo nos mandó
encargarnos de un pueblo nuevo que no pertenecía a la parroquia, aunque si era del
distrito, por distintas circunstancias había quedado circunscrito a otra parroquia
antes de nuestra creación. Un pueblo gando, muy alejado de todo y con caminos
malos, por no decir imposibles en tiempos de lluvia. Pero los misioneros habían
llegado allí y habían formado una pequeña comunidad. Por desgracia, han estado
mucho tiempo sin ser atendidos y sin ninguna visita por parte de nadie. Que
importante es visitar y acompañar a la gente, en todas las circunstancias de la
vida. Sobre todo a los últimos, los más abandonados, a los que nadie considera.
Pues eso es lo que hemos empezado a hacer con la gente de la comunidad de
Konaru. Nos recibieron entre escépticos y alegres, casi no se lo podían creer. Charlamos,
nos interesamos por ellos, rezamos juntos y prometimos visitas regulares. Sólo
encontramos a tres de la antigua comunidad, nos dijeron que por lo menos
quedaban diez, pero que no estaban. En este tiempo de resurrección, con
pequeñas acciones como visitar y acompañar, podemos hacer revivir a mucha
gente.
Estado en el que encontramos la capilla |