
En
el mundo hay muchas cosas diferentes, maneras diferentes de vivir, de pensar,
de crear. También hay diferentes escalas de valores según sea la cultura en la
que te has educado, diferentes prioridades. Lo normal y deseable es que seamos
capaces de convivir pacíficamente con toda esa diversidad que nos rodea. En África
y más concretamente en Benín se pueden ver las diferencias que hay entre la
población y los contrastes que se perciben de manera muy aguda al abrir un poco
los ojos y sobre todo el corazón. Lo bueno y deseable conviven con lo malo y
despreciable de manera muy íntima y muy visible. No sólo hablo de las
posibilidades económicas y de su falta hasta en lo más básico, sino también en
la manera de actuar y ser o no ser solidarios, saber compartir, estar atentos a
las necesidades de los vecinos. Como en tantos sitios los que más tienen
tienden a vivir aislados de la realidad que les rodea, no vaya a ser que les
contaminen. Es una pequeña escala de lo que hacemos en el mundo en general. A
la vez se pueden vivir los contrastes de una gente que vive muy cercana a la
muerte, pues por desgracia es una realidad que se palpa a diario, y de la vida que explota por todas partes, en la naturaleza que nos rodea y en las familias
que siguen dando gracias a Dios por cada nuevo nacimiento. Estar atentos y con
actitud despierta a todas esas distintas realidades nos puede enriquecer mucho,
sobre todo si somos abiertos de mente y corazón.