En este año que acaba, en el que a la humanidad le ha tocado vivir unas circunstancias ciertamente especiales por su dificultad, y ha tocado ingeniárselas para resolver muchos inconvenientes, una vez más me fijo en esta gente sencilla, que no han sentido de manera diferente su día a día durante este año. Como siempre han tenido que apañárselas para sobrevivir en un medio hostil, en el que no suelen recibir muchas ayudas, y en el que las epidemias, inundaciones, cortes de caminos, y un largo etc., son algo con lo que conviven con relativa normalidad. Eso les ha creado a lo largo del tiempo una conciencia solidaria, de responsabilidad común, donde no se pueden permitir el ir solamente a lo suyo, pues se necesitan unos a otros para poder ir avanzando. Y emprenden sus pequeños trabajos comunitarios, se ponen de acuerdo para hacer cosas y poder llegar a sus campos, para poder cultivar y dar de comer a su familia. Para eso tienen que construir puentes, llenar de piedras grandes charcos, por no llamarlos riachuelos, etc. Gente emprendedora que sabe que, si no lo hacen ellos, nadie lo hará, pues los “grandes” están demasiado ocupados para acordarse de ellos. Y lo que preparan, lo preparan para lo que ellos necesitan como es normal. Los coches y camiones siguen sin poder pasar, pero ¿Quién tiene algo de eso en sus pueblos? Con que pasen las motos y las bicis, o ellos andando es suficiente. No lo hacen por fastidiar a los ricos que tengan esos vehículos, simplemente trabajan para sobrevivir. De hecho, cuando han visto que para mi era una paliza llegar a los pueblos en moto, en cuanto han podido, han reparado los trozos de camino que faltaban para que pudiera pasar con el coche. Que el año que entra seamos todos más solidarios y emprendedores en favor del bien común y no sólo del particular.
miércoles, 30 de diciembre de 2020
Emprendedores
domingo, 29 de noviembre de 2020
D. Alfonso
D. Alfonso Milian
Sorribas falleció el pasado jueves, era un buen hombre sin lugar a dudas. Pero
¿tiene sentido que hable de él en el blog de la misión? Por supuesto, el fue mi
primer obispo como sacerdote y también fue el que me permitió ir a la misión y
me envió a ésta. Que importante es cuando sentimos una vocación que alguien la
refrende, porque sino contrastamos con alguien lo que sentimos, podemos quedarnos
en el mundo de los caprichos personales y no tener una visión más amplia de la
vida. D. Alfonso, siendo consciente de mi vocación y viéndome perseverar en la
demanda, accedió a dejarme partir de la diócesis, fue un gesto de clara generosidad
por parte de la diócesis de Barbastro-Monzón, pues faltan servidores del
Evangelio en lo que al ministerio sacerdotal se refiere. Esa generosidad fue recompensada
con dos nuevos seminaristas que ya son sacerdotes. El amó la misión, y vino dos
veces a visitarla, la segunda vez, casi no pudo contarla, pues estuvo grave en
el hospital a causa de un golpe de calor, por suerte pudo volver a España sano.
Era buen consejero y siempre tuvo palabras de apoyo hacia mi labor. Este verano
estuve con él, no podía ser de otra manera, y cuando le conté lo del cambio de
misión me dijo que se alegraba mucho y que siguiera confiando en mi vocación y
sobre todo en el Señor. D. Alfonso, gracias por haber sido un buen pastor, un
buen hermano y un buen amigo.
sábado, 31 de octubre de 2020
Mi primer amor

miércoles, 30 de septiembre de 2020
Vuelta a la misión

martes, 28 de julio de 2020
Contrastes

En
el mundo hay muchas cosas diferentes, maneras diferentes de vivir, de pensar,
de crear. También hay diferentes escalas de valores según sea la cultura en la
que te has educado, diferentes prioridades. Lo normal y deseable es que seamos
capaces de convivir pacíficamente con toda esa diversidad que nos rodea. En África
y más concretamente en Benín se pueden ver las diferencias que hay entre la
población y los contrastes que se perciben de manera muy aguda al abrir un poco
los ojos y sobre todo el corazón. Lo bueno y deseable conviven con lo malo y
despreciable de manera muy íntima y muy visible. No sólo hablo de las
posibilidades económicas y de su falta hasta en lo más básico, sino también en
la manera de actuar y ser o no ser solidarios, saber compartir, estar atentos a
las necesidades de los vecinos. Como en tantos sitios los que más tienen
tienden a vivir aislados de la realidad que les rodea, no vaya a ser que les
contaminen. Es una pequeña escala de lo que hacemos en el mundo en general. A
la vez se pueden vivir los contrastes de una gente que vive muy cercana a la
muerte, pues por desgracia es una realidad que se palpa a diario, y de la vida que explota por todas partes, en la naturaleza que nos rodea y en las familias
que siguen dando gracias a Dios por cada nuevo nacimiento. Estar atentos y con
actitud despierta a todas esas distintas realidades nos puede enriquecer mucho,
sobre todo si somos abiertos de mente y corazón.
martes, 30 de junio de 2020
Gente agradecida
Hace casi un año os conté el caso de Cecile, una chica que tenía una enfermedad extraña por la que se le llenaba el vientre de líquido y que la estaba consumiendo. Al final fue al hospital y tras alguna que otra operación y meses ingresada, volvió a casa sana y feliz. El coste económico para la misión fue alto, pero lo hicimos con gusto. El otro día me sorprendió viniendo con su novio, no sabíamos que tenía novio, él quiso venir a presentarse y a dar las gracias por todo lo que habíamos hecho por su prometida, el chico es musulmán, y también nos hemos enterado que estuvo siempre ayudando económicamente a Cecile, pero no sabíamos de su existencia ni de su ayuda. Como es habitual por aquí, no se limitaron a saludar y dar las gracias sino que trajeron presentes como regalo, un buen gallo y huevos de pintada. A mucha gente le puede parecer que no es gran cosa, pero aquí, haber hecho ese regalo supone un esfuerzo enorme para dos jóvenes. Venían acompañados de dos amigos, pues claro está, no podían venir juntos y solos. Cada uno fue traído por un amigo en diferentes motos. No desaproveché la ocasión para recordar al novio que Cecile era católica y que quería continuar siéndolo. El no tuvo ningún problema en decir que por supuesto respetaba la religión de ella, espero que sea así. Muchas veces no son los jóvenes los que imponen cambio de religión a sus parejas, sino las familias de los jóvenes los que presionan para ello. Cecile está sana y feliz, disfrutando de una segunda oportunidad y parece que no la va a dejar escapar. De hecho ya me preguntaron sobre la posibilidad de casarse, por ahora tendría que ser matrimonio con disparidad de cultos.
domingo, 31 de mayo de 2020
Buenas noticias
Terminamos
el mes de mayo de una manera atípica, como así hemos pasado todo el mes, al
igual que el de abril y parte del de marzo. Vida mucho más sosegada, aunque no
han faltado las complicaciones y cuestiones a resolver, ha sido vida
principalmente sedentaria, pues no hemos hecho visitas a los pueblos para las
celebraciones, catequesis y otras
reuniones. El ambiente en el país, por lo menos aquí en el norte, es muy
distendido, el bicho no ha afectado por estos lares y no hay sensación real de
peligro, lo cual es ciertamente peligroso, pues la población no toma muy en
serio las medidas de prevención. Durante este mes hemos vivido unas elecciones
municipales y todo ha transcurrido con normalidad, los institutos han comenzado
de nuevo, y nos han anunciado que
podremos volver a celebrar en la iglesia a partir del día dos del mes entrante.
Para ello tuvimos una reunión los sacerdotes de la diócesis el viernes pasado,
donde tomando como referencia las consignas del gobierno, decimos qué cosas
pondríamos en marcha, cuales no y que dificultades podríamos encontrar a la
hora de hacer seguir las normas. Muchas reuniones, celebraciones sacramentales,
etc, deben esperar al mes de octubre, pero por lo menos vamos a intentar
retomar las celebraciones eucarísticas con los fieles dentro de las iglesias.
No será fácil hacer seguir las normas, pero esperamos conseguirlo con paciencia
y educando. La gente ya estaba con muchas ganas de poder volver a empezar a
rezar juntos en el templo, es algo que han echado mucho de menos, y el martes,
cuando anuncie a todos los catequistas que volvemos a comenzar, seguro que
habrá una explosión de alegría por la buena nueva.
jueves, 30 de abril de 2020
Después de la tempestad
Ya
sabemos como acaba el dicho, pero en ocasiones es difícil que llegue la calma,
aunque a decir verdad, esta gente la pierde mucho menos de lo que nosotros la
perderíamos. Hace dos domingos, por la tarde, vino una tormenta. Cuando empezó
todos estábamos alegres, es un tiempo de muchísimo calor y que caiga un poco de
agua siempre refresca el ambiente. Pero en esta ocasión vino con un viento
fortísimo que no nos hizo ningún bien. En la misión vi como se tronchaban ramas
bien gordas de tres árboles, las chapas de los tejados sonaban como si fueran a
volar todas, pero no llegó a más. Al día siguiente cuando salí y comencé a
mirar si había desperfectos, me dijo la gente que la mitad del pueblo había
sido duramente castigada por el temporal de la tarde anterior. Postes de luz
rotos, incluso los grandes cables que gestiona el estado, muchísimas casas sin techo, la gente pasando la tormenta a la intemperie, intentando salvar
algunas pertenencias. Incluso alguna casa con muros caídos. En una casa se habían
achicharrado nueve cabritos, pues la chapa del tejado al salir volando cortó el
cable de la luz, y este al caer al suelo sobre un charco, mató a los animales.
Fui a visitar a la gente y aunque estaban tristes y preocupados, no habían
perdido la calma. ¡Qué capacidad de aceptación de las desgracias! Con cierta
preocupación y tristeza, pero ya se habían puesto en marcha para sacar la ropa
y demás cosas y ponerlas a secar al sol, en varias casas ya estaban arreglando
las chapas de los tejados. Sobre todo y lo que más impresiona es que no oyes a
nadie quejándose de la desgracia. De hecho, el domingo por la mañana habían
celebrado la terminación de una nueva casa, por la tarde toda la casa estaba
hundida excepto una columna decorativa que habían hecho a la entrada. Ahora que
está la tormenta del virus, deberíamos plantearnos con qué espíritu querremos
afrontar lo que venga.
martes, 31 de marzo de 2020
La vida se abre camino
Mucha
gente pregunta si el famoso bicho ha llegado aquí y también sobre qué medidas
se están tomando para frenarlo. Lo cierto es que la información-desinformación
que tenemos a cerca de cómo esta pandemia está afectando en Benin es escasa. Es
difícil creer los datos oficiales que nos dan, sólo seis contagiados en todo el
país, todos venían de fuera, todos evolucionan favorablemente, nadie ha muerto
o va a morir. Pero a la vez han cerrado diez alcaldías del sur, se pide a la
gente que no haga muchos viajes, están enviando mensajes para protegerse y recomendando
quedarse en casa. En todos los países que nos rodean, las cifras son superiores
y todos tienen muertos por el virus. Por el momento la gente no es consciente
de la que se nos puede venir encima, es cierto que están acostumbrados a lidiar
con infinidad de enfermedades, y mucho más familiarizados a lidiar con la
muerte que cualquier ciudadano europeo. Tienen soluciones para todo, de hecho
ya les dije que el sodabi (aguardiente local) y la pimienta no protegían de
esta enfermedad, se echaron a reír, no podía ser de otra manera. No respetan lo
de no juntarse y siguen haciendo vida normal. Si guardas las distancias y les
dices que tengan cuidado, piensan que tienes miedo, nunca que seas prudente. En
esta ocasión la Iglesia se adelantó al gobierno y nos pidieron que cerráramos
las iglesias hace diez días, el gobierno no había cerrado nada. Ayer fue el
primer día en el que se cerraron los centros educativos, y eso que era un
clamor popular el que se cerrasen desde la semana pasada. Como casi siempre, el
argumento para no cerrar las cosas era el económico. Aquí es imposible confinar
a la gente en sus casas, simplemente porque no tienen casas donde poder
confinarse, ni medios. Nada tiene que ver el modo de vivir de esta gente con el
de Europa, no hay supermercados donde comprar alimentos, no hay agua en las
casas, hay que ir a buscarla al pozo o la fuente común si tienen suerte. Por lo
que en lo que insistimos es en que guarden la distancia y que se laven mucho
las manos con jabón, si conseguimos eso, ya habremos conseguido mucho. Pero la
vida se hace, por obligación, en la calle, en los pequeños mercados de cada
pueblo. La última celebración que hice con fieles fue en Tume, en la capilla de
la visitación, donde un dibujo recuerda el encuentro entre Isabel y María,
están abrazándose. Todos volvemos a soñar en el día en que podamos abrazarnos.
Aprovecho para recordar que cada día hay que abrazar la Vida, dar gracias por
el nuevo amanecer, y saber que la Vida sigue abriéndose camino en medio de los
tiempos más dolorosos y duros.
viernes, 28 de febrero de 2020
El Troco
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Jesús junto a Paul disfrutando de ofrecernos una paella, 2012 |
Jesús Fernández de Troconiz, el Troco, nos dejó con el
corazón encogido el pasado día 8 de febrero. No se encontraba bien, y había
decidido irse a España a restablecerse para poder seguir ayudando, desde la
limitación de su capacidad pulmonar, a hacer la animación misionera. Pero esta
vez fue la definitiva, y en realidad lo que él deseaba. Había dejado su vida en
África y aquí quería encontrarse con el Señor. Cincuenta y un años de vida
dedicada a esta tierra, a sus gentes. Hombre acogedor, que sabía escuchar y dar
buenos consejos. A ningún misionero le faltaron sus cuidados cuando los
necesitó. También sabía regañar y mandar, una semana antes de morirse me dijo, “yo
he mandado toda mi vida y así será hasta el día de mi muerte”. Y así fue,
recordaba junto a Roberto Carlos, el diácono que le acompañó en la clínica sus
últimos días, que no hacía nada más que darle órdenes, nos reíamos por eso. Ángel,
compañero y amigo ha estado junto a él estos últimos años, le ha tocado salir
pitando de la misión para llevarle al médico cuando le daban crisis, y también
ha sabido ser dócil y obediente a Jesús. Pero me decía el otro día “cuanto he
aprendido de él”. Estuvimos hace unos días comiendo con ellos y nos dejó de
nuevo tocados el ver como Jesús cuidaba y mimaba a su compañero y amigo
Guillermo, el cual es vegetariano. Para todos los demás había buena carnaza,
aunque se quedó un poco dura y Jesús se llevó un gran disgusto. Para Guillermo
había preparado una gran ensalada, le hizo sentarse al lado suyo y se aseguró
que comiera bien y de todo, decía que estaba demasiado delgado. Jesús era así,
le gustaba desvivirse por todo el mundo y tenía metido hasta los tuétanos la
importancia que se da a la acogida en estas tierras. Espéranos en el cielo y prepáranos
una gran acogida como tú sabes hacerlo.
jueves, 30 de enero de 2020
Enamorado
![]() |
Jacques a la entrada de su primera choza en Fô-Bouré 1971 |
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