lunes, 7 de febrero de 2011

Los milagros existen


 Os he hablado del hospital de Tanguieta porque camino de Burkina estuvimos el viernes durmiendo allí y a la vuelta, el lunes, también nos quedamos allí para que curasen el dedo de Juan Pablo. Tuve la oportunidad de conocer aquello y sobre todo compartir con la comunidad de teatinas. Cristina y Encarnación fueron grandes anfitrionas, nos explicaron todo lo que allí hacían, como convivían con la muerte, que en muchas ocasiones era absurda, pues llegaban los niños o mayores demasiado tarde por haber intentado curarlos los brujos. Entonces llegaban con unas infecciones imposibles de salvar. Pero convivir con la muerte es normal en un hospital, aunque aquí desespera ver que en muchos casos la enfermedad podía haberse curado si se hubiese llegado a tiempo, o quizá si tuvieran recursos para poder llegar hasta allí. Pero lo que es verdaderamente emocionante es ver la dedicación, el cariño, la forma de tratar a los enfermos que tienen estas hermanas. Es algo que de verdad hace saltar las lágrimas. En medio de tanta miseria vi los niños nacidos prematuros, pregunte que esperanza de vida tenían los niños que habían nacido antes de tiempo, y pensaba que me dirían que ninguna. Sin embargo los milagros existen, y casi todos los niños prematuros salen adelante. Las nuevas vidas que triunfan ante la muerte y luchan por salir adelante son una esperanza en medio de tanto dolor.