Cañón fuerte portugués de Ouidah |
La semana pasada estuve lejos de casa. Fui a Cotonou con Isidro del SMA y Julián delegado de misiones de Plasencia que volvía para España. El motivo de acompañarles fue que era un residente sin papeles y tenía que legalizar mi estancia en este país. Cuantas veces me he preguntado cómo debían sentirse los extranjeros que se encuentran en nuestro país sin papeles. El problema es que estar sin papeles es estar sin derechos y eso es algo que ocurre históricamente a muchos seres humanos. El pasado domingo fuimos de visita turística a Ouidah, lugar histórico donde empezó el trato con los blancos del rey de Abomey. El rey de Abomey era alguien con mucho poder sobre su pueblo, de hecho para demostrar su poder mataba todo los años en una fiesta a cuarenta y uno de sus súbditos decapitándolos. Este poder fue utilizado por los portugueses para comprarle los esclavos que él ya tenía. Era un trueque, una botella de vidrio por tres mujeres y así podéis imaginar muchos más ejemplos. Uno de los objetos más costosos era un cañón, esto le costaba al rey siete hombres y quince mujeres. Me pregunto en la actualidad si nosotros con nuestro estilo de sociedad no estaremos comerciando con la vida de muchos seres humanos, pues las consecuencias del comercio internacional se cobran muchas vidas.