jueves, 30 de octubre de 2014

Cosas para el recuerdo

 Esta mañana me he puesto a desempolvar cajas en la misión. Allí he encontrado recuerdos maravillosos, como fotos antiguas, diapositivas, textos de estudio de la lengua, las primeras traducciones de la Palabra de Dios a baribá, etc. Los recuerdos son algo importante en la vida de cada uno de nosotros, pues son cosas que nos han hecho ser lo que somos en la actualidad, son nuestra historia. Ver los cambios en la misión a lo largo de estos años es algo especial, pues el trabajo ha sido ímprobo. Sin embargo hay cosas que deberían quedar para el recuerdo y no volver a repetirse, enfermedades que suenan a antiguas y siguen siendo demasiado actuales. El otro día se murió uno de nuestros catequistas de cólera, y no fue de un enfado grande, sino esa enfermedad que te mata cuando las aguas que bebes no son salubres. Ciertamente nos impacto tal circunstancia y nos queda claro que el trabajo de concienciación sigue siendo necesario e importante. La formación nunca debe ser algo para el recuerdo en nuestras vidas, sino actualidad permanente.

sábado, 11 de octubre de 2014

El miedo

Ayer volviendo de una catequesis me encontré con dos casas que habían sido arrasadas y quemadas, todavía estaban las llamas dentro de ellas. La cuestión es que en el pueblo acusaban a dos mujeres de hacer brujería y hacer morir a la gente, además de robarles con serpientes que salen de un producto que compraron. Al ir a ver a una de estas mujeres por la enfermedad de una persona, esta no negó que fuera la culpable de tal enfermedad, de hecho dijo que fue ella quien había provocado la enfermedad. La gente cansada de estas mujeres, en masa, fueron dispuestos a matarlas, gracias a Dios las mujeres pudieron huir. Pero sus casas no se libraron de ser incendiadas. El problema real es el miedo que tiene esta gente a lo desconocido y lo fácil que es influenciarles con historias que para nosotros resultan increíbles, pero que ellos han mamado desde su infancia. Al final, como suele pasar, hay que buscar al culpable de las desgracias personales y atacarle, pues así se piensa que el problema está acabado. Por suerte la gente de nuestra comunidad, en ese pueblo, se está movilizando para que esta escalada de violencia se pare, e intentado hacer llegar la cordura y la razón a quienes la han perdido. El miedo es mal compañero de camino, nos hace egoístas y perder el sentido de la realidad, en definitiva nos deshumaniza. Seamos valientes ante los retos y dificultades de la vida.