domingo, 31 de marzo de 2013

¿Quién tiene la última palabra?


 Ayer por la noche y hoy, hemos celebrado en la misión la pascua de resurrección. Han sido dos jornadas intensas con alrededor de 170 nuevos adultos bautizados. Según el diccionario de la RAE la palabra pascua tiene influencia del latín paccum que quiere decir lugar de pastos, de cuando se viene de ayunar. De ahí que este paso de un tiempo de carestía a un tiempo de abundancia y alegría lo hayamos adoptado los cristianos para hablar de los momentos donde celebramos la nueva presencia del Señor de manera intensa. La pascua judía también es signo de la presencia liberadora del Señor al salir de la esclavitud de Israel. El caso es que el otro día fui al pantano del pueblo a ver el huerto de las mujeres y los problemas que tienen con los tomates, para mi sorpresa me encontré con un montón de ovejas de esas altas que se dan por el desierto del Niger, por ejemplo. Estaban cuidadas por pastores peul. Pregunté que si estaban de paso y me dijeron que llevaban tres meses por aquí. Son los desplazados de la guerra vecina de Mali, no eran suficientes los problemas de sequía que sufren normalmente, sino que la guerra les ha convertido a todos en malos. Han venido aquí buscando la paz y la tranquilidad, no quieren saber nada de guerras. Como ellos, está esta tierra africana llena de desplazados y de gente sufriendo por la violencia y la intolerancia.  Muchas veces la pregunta es si tendrá solución, la respuesta está en lo que hemos vivido esta semana. El mal no tiene la última palabra, Dios convierte el signo de sufrimiento que es la cruz en un símbolo de amor, y el Amor de Dios Resucitado es quien tiene la última palabra, no la muerte y la destrucción. Feliz Pascua.

viernes, 15 de marzo de 2013

Hermano sol

Precioso atardecer africano
En estos momentos en los que nuestro nuevo papa Francisco ha escogido el nombre del santo que hizo el cántico a las criaturas, el hermano sol muestra todo su poder en nuestra tierra. Suele coincidir con la cuaresma el tiempo de mayor calor por estas latitudes. No creo que sea por una cuestión de penitencia, pero lo cierto es que lo parece. Es tiempo donde la gente duerme fuera de las casas, sacan sus esterillas y bajo la luz de la hermana luna, o las hermanas estrellas, intentan descansar. En mi caso abro las ventanas y la puerta y por desgracia el hermano viento no hace su aparición. Acostarse a las 11 de las noche a 32 grados tiene su aquel, esta noche no ha disminuido la temperatura de 28,5 grados, así que la sudada está siendo interesante. De día llegamos a los 38,5 grados a la sombra. Pero de día todavía se soporta. El problema es cuando por la noche se hace difícil descansar. La cosa no va a menos, sino a más. En cualquier caso lo que esperamos es que ese calor se contagie a nuestros corazones y podamos transmitirlo en la noche de la Resurrección. Por ahora sólo nos queda dar gracias por la hermana agua y beber a todas horas para no tener problemas con la deshidratación. Me alegraría que llegase antes el enfriamiento de las distintas guerras que asolan este continente, que realmente está pasando un momento complicado, recemos porque llegue la paz y vivamos como hermanos. Como dijo S. Francisco "Señor hazme instrumento de tu paz"