viernes, 15 de abril de 2016

¿Aventura o derroche?

El miércoles por la tarde, cuando acabábamos de volver de nuestra salida en bici con los jóvenes por la Pascua, aparece en la misión un chico de Nueva Andalucía (Málaga) con su bici cargada de alforjas y con una pinta de curtido por el sol y por el cansancio bastante curiosa. Venía desde España, había atravesado el Estrecho de Gibraltar en piragua y pretendía llegar hasta Sur África con la bici. Todo esto no lo más recto posible, sino donde le fuera guiando la intuición y las ganas de compartir su vida con la gente de este continente. Ya lleva seis meses de andadura y más de doce mil kilómetros. Al contárselo a los lugareños las reacciones fueron de asombro y admiración, los comentarios de lo más diversos, muchos insinuaron si estaba un poco mal de la chaveta. Pero me quedé con el comentario de un joven,  “es mal gastar el tiempo y el dinero”. Me resultó curiosa su forma de ver la cuestión, pues para ellos es inconcebible poder hacer eso, cuando cada día tienen que madrugar para poder sobrevivir ellos y su familia. Cogerse dos días ya es un lujo, pero tanto tiempo es imposible. Está claro que cierto tipo de aventuras es imposible poder vivirlas cuando uno es extremadamente pobre. Pero el acoger, dar cariño y desear lo mejor a Santi, tal y como él nos ha contado, por todo África, sigue siendo algo al alcance de su vida y que los africanos nos dejan de hacer. Esperemos que Santi llegué a buen puerto sin contratiempos y que la experiencia de compartir con nuestra gente haya enriquecido su vida. Que Dios le guarde en el camino.