Recuerdo
perfectamente que por estas fechas siempre veíamos alguna versión de este
cuento. Un viejo rico, avaro. Se había vuelto huraño y desconfiado a causa de su riqueza y avaricia. A través de tres sueños
acaba convirtiéndose y cambiando su corazón. Por desgracia hay demasiada gente
en el mundo así, y no tienen ninguna visita nocturna que les haga cambiar. Pero
el otro día bautizamos a un niño, se llama Fernando, no tiene más que quince
meses, un niño rechazado por su familia, lo que aquí llaman un niño brujo. ¿Por
qué no está muerto? Pues porque conocían a Madeleine, una de nuestras
catequistas gando de Siki. Ella tiene un niño de la misma edad. La llamaron y
ella se lo quedó, se puso a amamantar a este niño junto al suyo, al final no
tenía suficiente leche para los dos y ha acabado en el centro de renutrición
infantil con los dos niños. Os puedo asegurar que la situación económica de
Madeleine y su marido es de miseria, se les ha caído la casa con las lluvias y
no tienen dinero para reconstruirla. Pero cuando se le planteó la cuestión de
acoger a ese niño, lo tuvo claro, “es un hijo de Dios y no lo podemos abandonar”.
No tiene miedo como el resto, se sabe protegida por el Niño que nos ha nacido,
vive una Navidad constante y la vive en la miseria, como lo hizo el Hijo de
María. Tuvimos hasta que darle algún trajecito digno para poder bautizar a la
criatura, pues no tenía ni para eso. Que gozada vivir la Navidad junto a gente
como Madeleine. Feliz Navidad a todos.
sábado, 31 de diciembre de 2016
jueves, 22 de diciembre de 2016
Preparar la Navidad
Cuando a finales de noviembre me volví de España, las calles
ya estaban iluminadas, las tiendas llenas de luces y cosas que comprar. En la
televisión había anuncios que mencionaban la Navidad pero cuyo destino era únicamente
vender y vender. Ya se intuían días de gastos y comilonas. Al llegar aquí todo
seguía igual, ni adornos, ni luces, pero con la ilusión de prepararse bien para
la Navidad. Ya había empezado el adviento y se nota en el ambiente de la gente
de las comunidades, confesiones, oraciones por los enfermos, reuniones con los
padres que quieren bautizar a sus hijos. Y también hay que decirlo, algún paño
con motivo navideño para hacerse alguna ropa nueva para la fiesta. Eso si los
que dispongan de unos diez euros para poderse hacer el traje completo. Los
motivos navideños no son otros que el Niño Jesús o la familia de Nazareth, no
comprenderían ninguna otra decoración de las que usamos por España. El día 24
todos los jóvenes estarán limpiando la Iglesia, instalando el Belén y poniendo
alguna decoración por la Iglesia. Esa noche bautizaremos a los niños menores de
cuatro años. Todo un acontecimiento que pasa desapercibido para la mayoría de
la población que no es cristiana. Os aseguro que los de la comunidad se
encargarán de transmitir el sentido profundo de la Navidad con alegría, cantos, cosas compartidas. Los críos y
los jóvenes llevan días preparando teatros, cantos y bailes para festejar la
tarde del 25. Una buena preparación nos lleva a vivir una buena fiesta.
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