martes, 28 de julio de 2015

¿Malas noticias?

La lluvia parece que empieza a hacer presencia en esta época, lo cual hace que los caminos empiecen a estropearse y que la circulación por ellos sea cada vez más penosa. El sufrimiento de los baches que produce el agua, las tierras rojizas que provocan que el coche se deslice por momentos como si de hielo se trata, todo eso hace padecer al conductor y a su espalda. Pero por muy sorprendente que pueda parecer, la mala noticia no es que se empiecen a estropear los caminos ahora, sino que no estén estropeados por la lluvia desde hace un mes y medio. La falta de agua en la sesión de lluvias no es una cuestión de mercado de valores, donde se pueden perder unos millones en ganancias, sino una cuestión de subsistencia para el año que viene. Si la lluvia no cae como debe, no habrá cosechas abundantes que recoger, o simplemente no habrá cosechas. Eso supone que el año que viene habrá hambre por toda la zona y pocas maneras de poder solventar el problema. Eso sí que es una mala noticia. Al fin y al cabo, los caminos estropeados por la lluvia acaban siendo una bendición del cielo. Ya se sabe que nunca llueve a gusto de todos, pero lo importante es que llueva para el que más lo necesita, los demás podemos sacrificarnos un poco.

viernes, 17 de julio de 2015

Engancharse

En esta vida uno puede quedarse enganchando a cosas totalmente perniciosas para la salud tanto mental, como física o espiritual, no es necesario enumerar ejemplos. Pero también uno puede engancharse a cosas y gentes que te aportan buena salud, tanto física, como mental y espiritual. He pasado cuatro días con chavales y responsables del movimiento de los niños. Se han formado, se han enganchado al compromiso de hacer de estos niños la buena gente del mañana. No es fácil, en un medio hostil, educar en una serie de valores que están perdidos, la honestidad, la entrega desinteresada, una buena relación con Dios, vivir saludablemente. Cuando esto hay que hacerlo con chavales cuyo entorno les muestra lo contrario, con chavales que están acostumbrados a hacer cosas indebidas para poder llevarse algo a la boca, la tarea es mucho más complicada. Pero educar en los valores del Evangelio es adictivo, poder anunciar a tus pequeños que su vida merece la pena y que tienen que luchar no sólo por sobrevivir, sino por transformar su realidad, eso es algo que realmente te engancha. ¿Quién puede no engancharse a un Amor auténtico?