domingo, 31 de mayo de 2020

Buenas noticias


Terminamos el mes de mayo de una manera atípica, como así hemos pasado todo el mes, al igual que el de abril y parte del de marzo. Vida mucho más sosegada, aunque no han faltado las complicaciones y cuestiones a resolver, ha sido vida principalmente sedentaria, pues no hemos hecho visitas a los pueblos para las celebraciones, catequesis  y otras reuniones. El ambiente en el país, por lo menos aquí en el norte, es muy distendido, el bicho no ha afectado por estos lares y no hay sensación real de peligro, lo cual es ciertamente peligroso, pues la población no toma muy en serio las medidas de prevención. Durante este mes hemos vivido unas elecciones municipales y todo ha transcurrido con normalidad, los institutos han comenzado de nuevo, y  nos han anunciado que podremos volver a celebrar en la iglesia a partir del día dos del mes entrante. Para ello tuvimos una reunión los sacerdotes de la diócesis el viernes pasado, donde tomando como referencia las consignas del gobierno, decimos qué cosas pondríamos en marcha, cuales no y que dificultades podríamos encontrar a la hora de hacer seguir las normas. Muchas reuniones, celebraciones sacramentales, etc, deben esperar al mes de octubre, pero por lo menos vamos a intentar retomar las celebraciones eucarísticas con los fieles dentro de las iglesias. No será fácil hacer seguir las normas, pero esperamos conseguirlo con paciencia y educando. La gente ya estaba con muchas ganas de poder volver a empezar a rezar juntos en el templo, es algo que han echado mucho de menos, y el martes, cuando anuncie a todos los catequistas que volvemos a comenzar, seguro que habrá una explosión de alegría por la buena nueva.