Por estos lares el respeto a los demás es algo
que todavía se intenta mantener. De manera especial cuando visitas la casa de alguien
o cuando estás delante de algún mayor. Si vas a entrar en una casa la costumbre
es descalzarse para no llenar del polvo del camino la casa, lo mismo hacen si
van a entrar en la iglesia o en nuestros despachos. No se entra sin pedir
permiso y por supuesto la actitud es siempre de profundad humildad, están siendo
acogidos. Para poder descalzarse delante de alguien y no sólo físicamente, sino
de corazón, hay que ser humildes, sin llegar a la humillación. Creo que en esta
gente se hace palpable ese texto del éxodo donde Moisés se encuentra la zarza
ardiendo y el Señor le dice, “descálzate Moisés porque pisas suelo sagrado”. Yo
no es que me descalce físicamente, pero tengo claro que esta tierra donde vivo
es suelo sagrado y sólo con humildad puedo ponerme delante de esta buena gente.
miércoles, 30 de julio de 2014
martes, 15 de julio de 2014
Es lo más importante
Hace
un tiempo ocurrió algo que me pareció sorprendente. Un domingo llegué a
celebrar a una de las comunidades y no había nadie. Al verme llegar los vecinos
de alrededor acudieron, pero me hicieron saber que los catequistas habían dicho
mal la hora. Yo no podía esperar pues tenía que ir a otro pueblo después, donde
teníamos una celebración importante. El presidente de los catequistas, que
pertenece a esa comunidad llego tarde, con cara de preocupado al ver que la
misa estaba ya empezada y que había poca gente, le vi marchar. Yo no sabía que
le había pasado, si estaba enfadado o qué. El caso es que al terminar, cuando
llego a la pequeña sacristía, me lo encuentro de rodillas delante de la cruz y
llorando como un desconsolado. Le digo que no se preocupe, que fallos tenemos
todos y que no era únicamente responsabilidad suya. Pero él contesta, mompe
(así nos llaman a los sacerdotes aquí) he dejado a mi comunidad sin la misa, y
es lo más importante que hacemos en toda la semana. Ciertamente me tocó una vez
más el corazón ver con que profundidad vive su fe esta buena gente.
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