El pasado jueves, hoy hace una semana, ocurrió algo inusual para esta época. Después de la exposición del Santísimo, y habiendo hecho sólo dos clases de pronunciación de la misa en Battonum, Juan Pablo me dijo que presidiera la misa en Fô Bouré. Así que ahí me teníais haciendo mis mejores esfuerzos para que todos pudieran seguirla bien. Dios que es bueno y sabio decidió que cayera en ese momento una tromba de agua espectacular. El ruido de la tormenta sobre el tejado que es de chapa era ensordecedor. Continuamos la misa pero yo era incapaz de escuchar ni lo que decía. Por lo que nos dijeron Juan Pablo y Luis Ángel es algo muy inusual que en febrero llueva. La fuerza de la tormenta debe ser más usual en tiempo de lluvia que empieza en mayo. La verdad es que fue de agradecer pues hacía demasiado calor y era demasiado pronto. El viernes presidí la eucaristía en la comunidad de las monjas de Sinende y fue en francés, me atreví a predicar. La gente es encantadora y me da ánimos a pesar de mis fallos. Esta semana estoy presidiendo eucaristías, catequesis, hoy voy a presidir una celebración de etapas y haré la exposición del Santísimo y la eucaristía solo, espero que Dios me siga ayudando y ahora ya no le pido lluvia. Aquí podéis ver parte del retablo de la comunidad de Sinende.