viernes, 13 de diciembre de 2013

¿Tus pechos están dulces?

Esta es la forma de decir ¿qué tal estás? por estas tierras. El martes pasado traje hasta el centro de niños desnutridos de las hermanas de Fo-Bouré a dos niñas gemelas. Su madre no tenía leche en los pechos y por suerte para estas niñas, las monjas ayudarán a esa madre para intentar sacarlas adelante. Pero la vida aquí siempre ha dependido de los pechos dulces de la madre. Si la madre no tiene leche, o está enferma y la leche no es de buena calidad, los niños se mueren. Pues no hay otra forma, asequible para ellos, de sacarlos adelante. En el centro de las monjas se siguen muriendo demasiados niños, muchos llegan demasiado tarde para que se pueda hacer nada. Pero también es cierto que se salva la vida de muchos otros y se educa a las madres para que sepan alimentarlos en el futuro y detectar las carencias nutritivas. El lenguaje viene determinado por la cultura y esta a su vez por la vida. Por eso es importante que nuestros pechos estén dulces, eso querrá decir que disfrutamos de buena salud y nos encontramos bien. Pero lo que es más importante, que sabremos dar vida a quien nos necesite. Esperemos que ante la venida del Niño Dios todos sepamos acogerle con ese dulzor tan necesario para nuestras vidas.