martes, 24 de diciembre de 2013

La ternura de Dios

 En este día de Noche Buena, donde Dios hecho niño se nos ofrece con toda su ternura, no puedo dejar de contar algo que me toca en lo más profundo desde hace tiempo. Es cierto que en ocasiones, cuando uno ve la dureza de la vida, uno se pregunta ¿dónde está Dios? Pero la respuesta la encuentro rápidamente. Cada vez que voy a uno de nuestros pueblos, o salgo a pasear por las calles del que habito. La gente que me saluda y sonríe, los niños llenos de tierra y suciedad que te cogen, te abrazan, te llaman por tu nombre. En esos momentos siento como Dios me está llamando por mi nombre con todo su cariño. Pero lo que me muestra la desbordante ternura de Dios es cuando en cada pueblo se acerca a nosotros la gente discapacitada, sobre todos los que tienen alguna discapacidad psíquica. Su sonrisa, su limpieza de corazón, esos abrazos que hacen a uno conmoverse, aunque también te hagan echar la ropa a lo sucio por como acaba, esos son momentos que no cambiaría por nada. Es pura ternura y afecto la que me dan todas esas personas, no hablan, no me entienden, pero siento como me quieren, me siento verdaderamente conmovido por ese misterio que a uno le descoloca, no es otro que el del Amor sincero. Gracias Dios por ser tierno conmigo, por haberte mostrado pobre en el pesebre y seguir mostrando tu ternura en los más pobres y desfavorecidos. Os deseo feliz Navidad y que cada uno seamos Ternura y Amor para los que nos rodean.