viernes, 23 de noviembre de 2018

Aporofobia

Parece ser que recientemente, el diccionario de la lengua ha admitido esta palabra como nueva. Pero por desgracia, esta palabra describe una situación tan vieja como el ser humano. Aporofobia significa odio al pobre, y eso es lo que nuestra sociedad sigue teniendo. Mucha gente reclama que el extranjero, sobre todo si es pobre, tiene que entrar de manera legal a nuestro país. Pues los tres campesinos que han intentado ir a España de vacaciones, invitados por los antiguos misioneros, tenían todos los papeles en regla y su visado correspondiente. Pero si es así ¿por qué han estado encerrados, como si fueran delincuentes, diez días en Bruselas hasta que han sido deportados? Tenían todos los papeles que les había exigido el gobierno español, sin embargo la policía belga de fronteras decidió que uno de los papeles tenía que estar legalizado de otra manera, o bien que cada uno tenía que llevar en el bolsillo mil quinientos euros. Al no tenerlos, les quitaron los móviles, para dejarlos incomunicados y les amenazaron con la prisión si no firmaban su deportación voluntaria. Supongo que el policía vio a tres paisanos que mirarían todo alucinados, que hablarían entre ellos baribá y que posiblemente llevaban una ropa que no era la más apropiada para alguien que se supone con recursos. Ha dado igual la intervención de mucha gente, incluida la embajada de España en Bruselas, para demostrar que estaban invitados veinte días y que volverían a sus casas. Al final les han deportado y al llegar a Cotonou acusado de tener un visado falso. Menos mal que aquí tenían algún conocido policía que les ha librado de la corrupción, pues les retuvieron para sacarles dinero. Han sido tratados como delincuentes, cuando sólo habían aceptado una invitación y puesto toda su ilusión por conocer la tierra de aquellos que han trabajado durante años en la suya. Algo estamos haciendo mal cuando estas cosas suceden.