lunes, 18 de diciembre de 2017

Yohana

Nathalie, Yohana y Pascal
 El pasado día uno termino el curso de nueve meses que los nuevos catequistas tienen que hacer en una población más al norte de la nuestra. Entre los tres que este año enviamos de la parroquia, uno de ellos era de la etnia gando, casado y con dos hijos, todavía joven. Normalmente para ir al curso de formación deben saber escribir y leer baribá, Yohana (que significa Juan) es de lengua peulh, por lo que su baribá era bastante deficiente. Pero él estaba animado y asumimos el riesgo. La consecuencia es que en el pequeño pueblo de Gamagui, por primera vez tienen un catequista bien formado que no viene de fuera. La alegría de los pocos cristianos de ese pueblo es enorme, están viviendo con ilusión renovada esta nueva etapa. Yo es la primera vez que vivo esto en la misión, y eso que ya llevo un tiempo. Ahora toca esperar para ver los frutos. Gente muy sencilla, pobres entre los pobres, así es el pueblo de Gamagui. Pero ver ese pequeño grupo, que se reúne semanalmente para rezar y compartir su fe, cuando todo el pueblo les mira con socarronería por lo que hacen, es algo que realmente emociona. Sólo espero que sigan fiándose de Dios y estén unidos, seguro que al igual que yo había visto antes, vendrán un segundo, tercero y muchos más catequistas para esta comunidad.