lunes, 31 de julio de 2017

Poder sonreir

La pequeña Samissi tiene ocho años, nació con labio leporino, y nunca había sonreído, o al menos nunca se pudo ver claramente. En su caso el labio estaba cortado en dos trozos, y le quedaba un trozo de carne en el centro superior del labio, rodeado de los dientes al descubierto. Esta niña gando nació con este problema, que es de fácil operación, por lo que estaba señalada y apartada de los juegos de los otros chicos. Ya se sabe que los críos tienen sus reticencias a jugar con aquellos que son diferentes y que hay que trabajar mucho con ellos para que los acepten. Llevábamos más de un año hablando con sus padres para que accedieran a llevarla a operar. La parroquia se hacía cargo de todos los gastos de la operación, ellos simplemente tenían que llevarla al hospital y pagar la manutención del acompañante. Como el sitio donde la podían operar era Tanguieta, y está lejos de aquí, la familia se fue negando durante todo este tiempo. Pero por suerte, ha venido una misión de médicos italianos al hospital de la diócesis que hacía este tipo de operaciones. Al no ser lejos, su padre se convenció y conseguimos que la llevase a operar. La cría está irreconocible. La foto es del día que salió del hospital, todavía con costra de la operación, pero reconozco que fue muy emotivo verla esbozar una sonrisa. Su vida cambiará sustancialmente, pues pasa a no ser señalada y podrá sonreír a la vida.