La pequeña Samissi tiene ocho años, nació con labio
leporino, y nunca había sonreído, o al menos nunca se pudo ver claramente. En
su caso el labio estaba cortado en dos trozos, y le quedaba un trozo de carne
en el centro superior del labio, rodeado de los dientes al descubierto. Esta
niña gando nació con este problema, que es de fácil operación, por lo que
estaba señalada y apartada de los juegos de los otros chicos. Ya se sabe que
los críos tienen sus reticencias a jugar con aquellos que son diferentes y que
hay que trabajar mucho con ellos para que los acepten. Llevábamos más de un año
hablando con sus padres para que accedieran a llevarla a operar. La parroquia
se hacía cargo de todos los gastos de la operación, ellos simplemente tenían
que llevarla al hospital y pagar la manutención del acompañante. Como el sitio
donde la podían operar era Tanguieta, y está lejos de aquí, la familia se fue
negando durante todo este tiempo. Pero por suerte, ha venido una misión de
médicos italianos al hospital de la diócesis que hacía este tipo de
operaciones. Al no ser lejos, su padre se convenció y conseguimos que la
llevase a operar. La cría está irreconocible. La foto es del día que salió del hospital,
todavía con costra de la operación, pero reconozco que fue muy emotivo verla
esbozar una sonrisa. Su vida cambiará sustancialmente, pues pasa a no ser
señalada y podrá sonreír a la vida.