La semana pasada tuvimos el campamento de
verano del movimiento de los niños a nivel diocesano. En esta ocasión
participaron entre responsables y chavales 268 personas. Es un campamento donde
principalmente reciben formación, un montón de charlas. Sorprende ver que
siguen teniendo interés y ganas, aunque el cansancio les hace echarse alguna
pequeña cabezada durante las ponencias. También se examina a los responsables
para que puedan tener la titulación y la pañoleta que les identifica como
tales. Por supuesto no todo queda ahí, hay cantos, bailes, teatros y mucha
diversión. Nos acogieron con cariño desde la parroquia de N´Dali, donde está la
catedral. Yo dormí en un despacho, en el suelo, pero tuvieron a bien dejarme un
colchón. Siento que el cuerpo va envejeciendo y que dormir poco y en ciertas
condiciones acaba dejándome baldado. Pero la ilusión todo lo puede. Como se
aprecia en la foto, estos críos son obedientes, y saben ir organizados, a la vez
que mostraban la alegría del Evangelio cuando paseaban por las calles con sus
cantos y bailes. Visitamos el ayuntamiento, la casa de las hermanas de la
providencia de GAP y el obispado. Un paseo de tres horas al sol que aguantaron
muy bien, aunque en mi caso aumento mi cansancio. Ver la alegría de estos
chavales da fuerzas a cualquiera, así que no hay de qué quejarse. El movimiento
se llama MADEB, que significa, movimiento de apostolado de los niños del Benin.
Y hay que decir que lo hacen de maravilla.