Con mi amigo Miguelito de cuatro años |
Parece que últimamente no saco el tiempo suficiente para escribir, doy gracias a Dios porque me sigue concediendo vida para disfrutar de los que me quieren. No le ocurrió lo mismo a Simplice, uno de nuestros más jóvenes bautizados, con cuatro años y con toda la vida por delante se lo llevó la malaria, lo enterramos hace diez días.
Los expertos calculan que cada dos minutos en el mundo muere un niño de malaria, el problema no es que la enfermedad no tenga vacuna, que ciertamente solucionaría muchas muertes. El problema principal es la falta de formación sanitaria, la falta de atención y detección rápida de la enfermedad y el problema de gastar dinero en el tratamiento. La malaria cuando te ataca se combate con la quinina y otros fármacos que existen, es raro que si la tratas a tiempo acabe derivando en malaria cerebral y te mate, aunque también puede pasar.
Esta enfermedad la produce un mosquito minúsculo que si ha picado a alguien con la enfermedad y luego te pica a ti te contagia. Por eso hay una campaña de mosquiteras ahora que es época de lluvias y hay infinidad de mosquitos.
Estamos teniendo muchas muertes en este momento y sobre todo de niños. Una vez más es algo muy pequeño, como el mosquito anofeles, lo que desemboca en algo muy grande aunque trágico. Cada día en nuestra vida con pequeños gestos podemos hacer algo tan grande como cambiar a mejor este mundo.