lunes, 31 de diciembre de 2018

Ilusión



Cuando estamos a punto de clausurar este año, creo que debo hablar de la ilusión vivida en el día de ayer por la buena gente de aquí. Un contenedor llegaba al pueblo y era para la misión. No era para ellos directamente, pero saben que cuando algo llega para la misión, al final siempre les beneficia a ellos de una u otra manera. Al abrir el contenedor se formó el alborozo, sobre todo en los niños, había muchísimas bicicletas y ellos están deseosos de tener una. De hecho, dos monaguillos de Seeru, ya han reservado las suyas, pues les conté que venían y que si las necesitaban para ir al instituto, eran los primeros en tenerlas, pues hacen 5 kilómetros a pie, cuatro veces al día, con una fuerte subida y el calor que no nos abandona, para ir a clase.
 Pero la ilusión comenzó el año pasado, cuando un buen amigo me propuso enviar un contenedor con unos tractores, otro buen amigo se sumó y empezó a hacer campaña de recogida de bicis, muchos más amigos se sumaron para aportar distintas cosas y ayudar económicamente a poder hacer realidad este sueño. Por fin esa ilusión que tantos amigos de España han puesto para que se hiciese realidad, ha llegado a cumplirse.
 A mí me hace ilusión tener amigos en España como los que tengo y poder ver sonreír a esta gente con tan poca cosa, todos dispuestos echar una mano cuando hace falta. Que esta ilusión no nos falte el año que entra para todas las cosas que tengamos que realizar.