jueves, 22 de febrero de 2018

Matrimonios forzados



El otro día me llamaron para decirme que una chica de quince años, de una de nuestras comunidades, había sido dada en matrimonio forzado a un chico musulmán de otro pueblo. La familia no quiere que sea católica, por lo que decidieron dársela a ese chico, para que no continuase su relación con un chico de la comunidad. Por desgracia, esta práctica de matrimonios forzados sigue vigente por aquí, aunque por supuesto está absolutamente prohibida por ley. Siempre hay dinero por medio y una vez la familia de la chica lo ha recibido, normalmente ya no quieren devolverlo porque se lo han gastado.
En este caso la chica huyo de la casa, y el marido despechado convocó a la gendarmería a la familia del otro chico. Yo les dije que contaran la verdad y que dijeran que ellos no habían cogido a la chica porque era menor de edad, pero que los otros habían hecho el matrimonio forzado. Al final, el marido denunciante sigue en el calabozo y los otros han sido liberados, por supuesto pagando una cierta cantidad de dinero a los gendarmes, pues la corrupción sigue presente. Una lacra, la de estos matrimonios fruto de la ignorancia, con la que hay que acabar y que a través de la educación que hacemos en las comunidades ha disminuido bastante, pero todavía queda por hacer.