El pasado día 7 del presente, una chica de uno
de los pueblos que pertenecían a nuestra parroquia, hizo los primeros votos
temporales en su congregación, las oblatas catequistas pequeñas servidoras de
los pobres. Una chica estudiosa sin dificultad en el bachillerato, con
pretendientes, pero que tenía su vocación clara. Difícil decisión para una
chica africana el no tener hijos, pues la maternidad es algo esencial en sus
vidas. Hablar con Clarisse sobre su vocación es algo que le llena a una de
alegría y de esperanza. Tiene claro que quiere estar entre los más pobres y
servirlos. Lo ha visto alrededor suyo, gente abandonada, maltratada, viviendo
en la miseria, sin poder comer, sin poder acceder a cualquier tipo de
formación. Ella quiere transformar su realidad, no busca notoriedad, ni un
camino de reconocimiento y buena posición, simplemente ser dócil a la llamada y
estar atenta a los que más la necesitan. Esta congregación que en tiempos tuvo
muchas vocaciones, ahora no tiene tantas, de hecho Clarisse es la única que ha
terminado de su promoción. Son las hermanas que tienen abierto el centro para
niños desnutridos en la parroquia, además de consulta pediátrica, internado de
niñas y a partir de este año comienzan colegio maternal y de primaria. Clarisse
por ahora está destinada en el sur. Sería una alegría verla por aquí, aunque
como tiene capacidad, espero que la manden a estudiar enfermería, a ella le
gusta el tema de la sanidad y creo que está preparada para ello.